Archivos mensuales: agosto 2023

Una buena salud bucodental para ganar en calidad de vida

Que una buena salud bucodental contribuye al bienestar general, es un hecho que cada vez tiene mayor calado en la sociedad, con una mayor preocupación y conciencia en términos salud. Esto se traduce en un incremento del cuidado y el interés por la higiene oral, así como un aumento de las visitas al dentista.

De acuerdo con los datos proporcionados por la ‘Encuesta de Condiciones de Vida (ECV). Año 2022’ que publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 51,7% de la población española de 16 y más años hizo, al menos, una visita al dentista en los 12 meses previos a la entrevista. Un dato alentador en términos de salud bucodental, aunque desde luego mejorable. Lo que está claro es que la población española está más concienciada acerca de la importancia de acudir al dentista respecto a años anteriores.

Tradicionalmente se ha asociado una buena salud bucodental con una sonrisa bonita. Sin embargo, una correcta salud bucodental influye en nuestra vida mucho más allá de la estética. Es innegable la relación que posee con cómo nos sentimos en otras áreas de nuestras vidas y cómo afecta a otros aspectos relacionados con la salud del cuerpo. Precisamente por ello, resulta interesante plantear la siguiente cuestión:  ¿cómo influye la salud oral en el bienestar general de las personas?

Salud bucodental y bienestar general: dos aspectos inseparables

Una boca sana y funcional permite hablar bien y masticar adecuadamente, dos aspectos que resultan esenciales para poder desempeñar acciones y actividades diarias. El poder comunicarnos con efectividad influye, por ejemplo, en nuestra confianza a la hora de entablar relaciones sociales y laborales; el masticar adecuadamente y sin dolor, además de vincularse con la ausencia y prevención de problemas musculares en maxilares, cuello o espalda, también afecta, definitivamente, a los hábitos alimenticios, incluso también a los de índole social, pues especialmente en nuestro país, la socialización está, de hecho, muy vinculada con la comida.

La boca es la puerta de entrada al cuerpo. Tal y como afirma la World Dental Federation (FDI), mantener una boca sana es crucial para conservar el bienestar y la salud general, de hecho, no tratadas adecuadamente, las enfermedades bucodentales pueden repercutir negativamente en el resto del organismo.

Por ejemplo, las infecciones dentales se han asociado con un mayor riesgo de padecer enfermedades respiratorias como la neumonía, debido a que las bacterias se aspiran y llegan a los pulmones.

El edentulismo, es decir, la pérdida de piezas dentales, dificulta la masticación y por tanto puede afectar a la nutrición y los hábitos de alimentación de la persona.

Una buena salud bucodental puede reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular e ictus y una boca sana puede tener un impacto positivo en la gestión de la diabetes, guardando la enfermedad periodontal y la diabetes una relación bidireccional. De hecho, el control deficiente de la diabetes se asocia con el incremento de la prevalencia y la gravedad de la periodontitis y la periodontitis severa se vincula con un control glucémico deficiente.

Según los datos de un estudio para el ADA Science & Research Institute, lavarse los dientes regularmente no solo mejora la salud oral de los pacientes con diabetes tipo 2, sino que también interviene, para bien, en el control de los niveles de azúcar en sangre.

Por otra parte, las mujeres embarazadas que padecen una enfermedad periodontal, son más propensas a tener partos prematuros, ya que, según estudios, las bacterias que causan la enfermedad de las encías pueden ingresar en el torrente sanguíneo, produciendo una respuesta inflamatoria que acaba afectando al útero y al feto.

Cómo cuidar de tu salud bucodental

No hay duda de que una boca saludable favorece a la buena salud general y a una buena calidad de vida. Por ello, es conveniente, y desde luego, merece la pena, incorporar una serie de hábitos y tener en cuenta una serie de cuestiones que abogan por la salud de tus dientes y de tus encías.

  • Lleva a cabo una higiene oral efectiva. Cepilla tus dientes después de cada comida y elige un dentífrico y un colutorio adecuados para las particularidades de tu boca. También se recomienda emplear seda dental o cepillos interdentales, de tal forma que sea posible eliminar mayor cantidad de placa bacteriana entre los dientes, en aquellos lugares a los que es difícil acceder con el cepillo dental.
  • Sigue una dieta equilibrada, nutritiva, y baja en azúcares. El azúcar es el precursor de la caries, por lo que conviene reducir su consumo. También es aconsejable consumir alimentos que posean nutrientes favorables para la salud oral, como proteínas magras, frutas, verduras, y cereales integrales.
  • Di no al tabaco y limita el alcohol. Ambos dañan dientes y encías, provocan manchas y son factor de riesgo para la gingivitis y el cáncer oral (además de otros tipos de cáncer).
  • Visita periódicamente a tu dentista. Es importante realizarse una limpieza dental profesional al menos una vez al año para eliminar con mayor profundidad la placa bacteriana. Además conviene hacerse revisiones para observar cuál es el estado de dientes y encías y seguir los tratamientos convenientes en el caso de detectar algún problema.

 

Lactancia materna y salud bucodental

Está comprobado que la lactancia materna tiene multitud de beneficios para la salud del bebé. No solo es extraordinariamente nutritiva, sino que también es favorable desde el punto de vista emocional – ayuda a mantener y forjar la conexión y el vínculo entre madre e hijo- y además, resulta un factor determinante en relación al desarrollo bucodental.

Tanto OMS como UNICEF recomiendan amamantar exclusivamente a los niños al menos hasta los cuatro meses y, si es posible, hasta los seis . Sin embargo, solo una pequeña proporción de niños son amamantados exclusivamente durante ese periodo de tiempo, reduciéndose la lactancia materna a unas pocas semanas.

De acuerdo con la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP), la leche materna provee de ciertos nutrientes, anticuerpos y proteínas que protegen al bebé y lo ayudan a crecer fuerte, ya que poseen valores nutritivos que las leches de fórmula no acaban de equiparar, por muy completas que sean.

Gracias a la composición de la leche, la lactancia materna se asocia con un menor desarrollo de infecciones, como la otitis, la gastroenteritis o infecciones de tipo respiratorio. También se relaciona con la prevención de enfermedades graves como la enterocolitis necrosante, el Síndrome de la muerte súbita del lactante y la leucemia además de prevenir el desarrollo de otras tantas en la vida adulta, como es el caso del asma, la celiaquía o la diabetes tipo 2, entre otras.

¿QUÉ SUCEDE CON LA LECHE DE FÓRMULA Y EL USO DEL BIBERÓN?

En algunos casos la lactancia materna resulta inviable debido a diversos factores. En ocasiones la madre no produce suficiente leche, o pueden surgir dificultades debido a haberse sometido a una cirugía mamaria con anterioridad, quizás hay malformación en el pezón, o se dan infecciones y grietas dolorosas.
Tampoco es aconsejable que den de mamar madres con ciertas enfermedades crónicas o aquellas que consumen drogas de forma activa y grandes cantidades de alcohol.

Que la leche materna tenga un número tan alto de beneficios y resulte en gran medida recomendable, no quiere decir que el bebé no vaya a estar bien alimentado con una leche de fórmula de calidad. En ese sentido, cabe apelar a la tranquilidad desde el punto de vista nutritivo y sanitario. Pueden ser una muy buena solución cuando la lactancia materna se complica o simplemente no es posible.

Sin embargo, tal y como señala la Sociedad de Ortodoncia y Ortopedia dentofacial (SEDO), el empleo del biberón puede afectar al desarrollo bucodental. Los movimientos realizados por el bebé con la mandíbula y la lengua son muy diferentes cuando toma pecho que cuando toma biberón. Esta diferencia hace que, mientras que con la lactancia materna se favorezca al desarrollo bucodental y descienda el riesgo de maloclusión, suceda lo opuesto en el caso del uso del biberón, especialmente si se hace después de los dos años de edad. Además si no se tienen en cuenta ciertas cuestiones en referencia al hábito de uso y a la higiene, el bebé podría acabar por desarrollar caries.

Prevenir la caries del biberón

La caries del biberón puede aparecer desde que erupcionan los primeros dientes de leche y es resultado de exponerlos durante largos periodos de tiempo a líquidos con concentraciones considerables de azúcar.

Para evitar que se desarrollen caries derivadas del uso del biberón en bebés y niños hay que tener en cuenta varias consideraciones:

  • No dejar que el bebé se duerma con el biberón en la boca. Este hábito hace que el azúcar permanezca durante muchas horas en la boca, se mezcle con las bacterias que se encuentran en la misma y se acabe produciendo erosión dental.
  • Si se quedara dormido con el biberón en la boca habría que asegurarse de hacer una buena limpieza bucodental después de la toma, limpiando bien dientes y encías.
  • No dar zumos y bebidas azucaradas con el biberón, solo leche o agua.

Además de estas consideraciones, la SEDO recuerda, para el buen desarrollo bucodental del bebé, la importancia de elegir biberones con tetinas anatómicas con orificios pequeños, ya que contribuyen al movimiento anterior de la mandíbula y la coordinación de la succión, la deglución y la respiración favoreciendo al buen desarrollo bucodental.

LA LACTANCIA MATERNA Y EL DESARROLLO BUCODENTAL

El amamantamiento y el desarrollo bucodental del bebé guardan una estrecha relación, siendo esta muy recomendable por su contribución al crecimiento de una boca funcional.

  • La forma en la que se coloca la boca de un bebé cuando succiona el pezón favorece a una buena posición y desarrollo del maxilar, alejando posibles problemas de maloclusión.
  • El crecimiento y el desarrollo craneofacial del bebé está influenciado por los estímulos que recibe de la respiración, la deglución, la masticación y también la succión. La actividad de los músculos faciales que tiene lugar en consecuencia de la lactancia materna, es positiva para asentar patrones musculares funcionales, que se asocian con una buena oclusión.

Además la lactancia materna fomenta que el bebé respire por la nariz en lugar de hacerlo por la boca, hace que la lengua esté bien posicionada, fomenta el desarrollo correcto del paladar y aumenta la producción de saliva, siendo todo ello favorable para la salud oral.

En definitiva, la lactancia materna tiene multitud de ventajas para la salud general y para la salud bucodental y resulta muy aconsejable, tanto desde el punto de vista nutritivo, como emocional y del desarrollo bucodental.

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