Archivos mensuales: febrero 2020

Los PELIGROS del BLANQUEAMIENTO dental por INTERNET

Un blanqueamiento dental por Internet puede ser peligroso y hay una normativa que prohíbe su venta.  Los dentistas son los únicos profesionales que pueden aplicar y administrar los blanqueamientos dentales.

No hace falta ser muy avispado para darse cuenta de que, desde cualquier plataforma por Internet, se puede comprar un blanqueamiento dental a domicilio. Todos presumen ser estupendos y prometen cambios a partir del segundo o del tercer día. Sin embargo, la venta de productos blanqueadores en España está prohibida.

Por tanto, ¿hemos de desconfiar de las tiras de blanqueamiento, de los productos que se venden…?

Absolutamente sí. No solo porque estén prohibidos, sino porque los productos blanqueadores solo pueden ser empleados si forman parte de un tratamiento dental prescrito, que se ha puesto en práctica y que se ha supervisado por un dentista.

Esto debe ser así por una razón: los productos blanqueadores que se adquieren por una vía que no es la legal, pueden ser muy peligrosos, tanto para los dientes de la persona que los utilice como para el resto de los tejidos de la cavidad oral.

Por tanto, tiras de blanqueamiento, productos «milagrosos» que aseguran que te harán el color de dientes más blanco y tratamientos de blanqueamiento domiciliarios no tienen ninguna validez y, además, pueden perjudicar nuestra salud.

¿Es por eso por lo que un blanqueamiento dental debe realizarlo un odontólogo/a?

Claro. Un blanqueamiento dental es un tratamiento conservador para los dientes, no entraña ningún peligro pero, para poderlo llevar a cabo, exige unas condiciones de salud oral que únicamente puede determinar un odontólo/estomatólogo. Además, el especialista debe haberse formado para poder realizar un blanqueamiento dental.

Hay que tener en cuenta que si se pone en práctica este tratamiento sobre un tejido oral que presenta una determinada patología eso podría implicar una serie de riesgos importantes para la salud del paciente.

Y, ¿cómo es posible que si no es legal se sigan vendiendo supuestos «blanqueadores» por Internet? ¿ No hay una legislación al respecto?

Hay una normativa. Para explicarla correctamente deberíamos remontarnos al año 2011. En aquella fecha, el Consejo Europeo de Dentistas promulgó una normativa en cuanto a cuáles son los requisitos que debían cumplir los productos blanqueadores que se podían emplear en los países miembros de este organismo. Evidentemente, España era uno de ellos. Dicha normativa endurecía y acordaba medidas más estrictas para el uso de determinados blanqueadores dentales con el objetivo de garantizar la seguridad de los productos en el mercado comunitario. Y ya anunciaba que que la aplicación de un blanqueamiento dental quedaba restringido exclusivamente a dentistas.

Por tanto, en este enlace  puedes acceder al BOE y verás que también indica que la distribución y administración de un blanqueamiento dental es exclusiva para los dentistas cualificados. Por tanto, desconfía también de un blanqueamiento dental que te pueda realizar una peluquera, esteticista, higienista dental u otro profesional sanitario.

¿Se puede hacer un blanqueamiento dental en todos los dientes?

En principio sí. Se puede llevar a cabo un blanqueamiento dental siempre que no exista una patología en los dientes ni en el resto de la cavidad oral y, además, se presente una suficiente estructura dental. Esto, evidentemente, lo determinará tu dentista. Por otro lado,  el paciente no debe haber padecido enfermedades o presentar hábitos que impidan la correcta respuesta de los dientes al tratamiento blanqueador.

¿Y esos productos que dicen que te ayudan a blanquear los dientes? 

¡Que no te cuenten cuentos! Cada vez aparecen más productos como puede ser el carbón activo y otros que se ponen de moda que te prometen blanquear la sonrisa o que aseguran que se eliminarán las manchas del esmalte y la realidad es que su uso puede entrañar riesgos para cualquier persona.

La mayoría de estos productos que dicen ser agentes blanqueadores  suelen ser abrasivos lo que se traduce en un desgaste del esmalte e, incluso, padecer una recesión de las encías y sensibilidad dental.

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