Odontopediatría

Lactancia materna y salud bucodental

Está comprobado que la lactancia materna tiene multitud de beneficios para la salud del bebé. No solo es extraordinariamente nutritiva, sino que también es favorable desde el punto de vista emocional – ayuda a mantener y forjar la conexión y el vínculo entre madre e hijo- y además, resulta un factor determinante en relación al desarrollo bucodental.

Tanto OMS como UNICEF recomiendan amamantar exclusivamente a los niños al menos hasta los cuatro meses y, si es posible, hasta los seis . Sin embargo, solo una pequeña proporción de niños son amamantados exclusivamente durante ese periodo de tiempo, reduciéndose la lactancia materna a unas pocas semanas.

De acuerdo con la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP), la leche materna provee de ciertos nutrientes, anticuerpos y proteínas que protegen al bebé y lo ayudan a crecer fuerte, ya que poseen valores nutritivos que las leches de fórmula no acaban de equiparar, por muy completas que sean.

Gracias a la composición de la leche, la lactancia materna se asocia con un menor desarrollo de infecciones, como la otitis, la gastroenteritis o infecciones de tipo respiratorio. También se relaciona con la prevención de enfermedades graves como la enterocolitis necrosante, el Síndrome de la muerte súbita del lactante y la leucemia además de prevenir el desarrollo de otras tantas en la vida adulta, como es el caso del asma, la celiaquía o la diabetes tipo 2, entre otras.

¿QUÉ SUCEDE CON LA LECHE DE FÓRMULA Y EL USO DEL BIBERÓN?

En algunos casos la lactancia materna resulta inviable debido a diversos factores. En ocasiones la madre no produce suficiente leche, o pueden surgir dificultades debido a haberse sometido a una cirugía mamaria con anterioridad, quizás hay malformación en el pezón, o se dan infecciones y grietas dolorosas.
Tampoco es aconsejable que den de mamar madres con ciertas enfermedades crónicas o aquellas que consumen drogas de forma activa y grandes cantidades de alcohol.

Que la leche materna tenga un número tan alto de beneficios y resulte en gran medida recomendable, no quiere decir que el bebé no vaya a estar bien alimentado con una leche de fórmula de calidad. En ese sentido, cabe apelar a la tranquilidad desde el punto de vista nutritivo y sanitario. Pueden ser una muy buena solución cuando la lactancia materna se complica o simplemente no es posible.

Sin embargo, tal y como señala la Sociedad de Ortodoncia y Ortopedia dentofacial (SEDO), el empleo del biberón puede afectar al desarrollo bucodental. Los movimientos realizados por el bebé con la mandíbula y la lengua son muy diferentes cuando toma pecho que cuando toma biberón. Esta diferencia hace que, mientras que con la lactancia materna se favorezca al desarrollo bucodental y descienda el riesgo de maloclusión, suceda lo opuesto en el caso del uso del biberón, especialmente si se hace después de los dos años de edad. Además si no se tienen en cuenta ciertas cuestiones en referencia al hábito de uso y a la higiene, el bebé podría acabar por desarrollar caries.

Prevenir la caries del biberón

La caries del biberón puede aparecer desde que erupcionan los primeros dientes de leche y es resultado de exponerlos durante largos periodos de tiempo a líquidos con concentraciones considerables de azúcar.

Para evitar que se desarrollen caries derivadas del uso del biberón en bebés y niños hay que tener en cuenta varias consideraciones:

  • No dejar que el bebé se duerma con el biberón en la boca. Este hábito hace que el azúcar permanezca durante muchas horas en la boca, se mezcle con las bacterias que se encuentran en la misma y se acabe produciendo erosión dental.
  • Si se quedara dormido con el biberón en la boca habría que asegurarse de hacer una buena limpieza bucodental después de la toma, limpiando bien dientes y encías.
  • No dar zumos y bebidas azucaradas con el biberón, solo leche o agua.

Además de estas consideraciones, la SEDO recuerda, para el buen desarrollo bucodental del bebé, la importancia de elegir biberones con tetinas anatómicas con orificios pequeños, ya que contribuyen al movimiento anterior de la mandíbula y la coordinación de la succión, la deglución y la respiración favoreciendo al buen desarrollo bucodental.

LA LACTANCIA MATERNA Y EL DESARROLLO BUCODENTAL

El amamantamiento y el desarrollo bucodental del bebé guardan una estrecha relación, siendo esta muy recomendable por su contribución al crecimiento de una boca funcional.

  • La forma en la que se coloca la boca de un bebé cuando succiona el pezón favorece a una buena posición y desarrollo del maxilar, alejando posibles problemas de maloclusión.
  • El crecimiento y el desarrollo craneofacial del bebé está influenciado por los estímulos que recibe de la respiración, la deglución, la masticación y también la succión. La actividad de los músculos faciales que tiene lugar en consecuencia de la lactancia materna, es positiva para asentar patrones musculares funcionales, que se asocian con una buena oclusión.

Además la lactancia materna fomenta que el bebé respire por la nariz en lugar de hacerlo por la boca, hace que la lengua esté bien posicionada, fomenta el desarrollo correcto del paladar y aumenta la producción de saliva, siendo todo ello favorable para la salud oral.

En definitiva, la lactancia materna tiene multitud de ventajas para la salud general y para la salud bucodental y resulta muy aconsejable, tanto desde el punto de vista nutritivo, como emocional y del desarrollo bucodental.

Señales de alerta para llevar a un niño o niña al ortodoncista

Tanto los huesos como los dientes pueden ser moldeados con facilidad en la infancia. Un diagnóstico precoz de problemas bucodentales relacionados con la necesidad de ortodoncia es un factor decisivo para el éxito del tratamiento.

Gracias a la atención temprana, el ortodoncista es capaz de identificar problemas y disfuncionalidades vinculadas con la posición dental y ósea, y, entonces, iniciar un tratamiento efectivo que permita corregirlas cuanto antes. De esta manera, se afianza la salud oral del niño o la niña, y por extensión, también su salud general.

Mientras el niño se encuentra en la etapa de crecimiento, es posible modificar y corregir el desarrollo del maxilar, que juega un papel fundamental en la correcta posición de los dientes. Al guiar el desarrollo del maxilar y la mandíbula en la infancia, cuando se tiene mayor plasticidad, es posible evitar intervenciones quirúrgicas en el futuro.

Cuándo se debe llevar a un niño o niña al ortodoncista por primera vez, se ha convertido en una duda frecuente entre los padres. Esta preocupación es una muestra de cómo ha incrementado la concienciación en torno a la salud oral a lo largo de los años, así como el valor que se le da a tener una sonrisa sana. De acuerdo con la SEDO (Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial), la edad recomendada para visitar por primera vez al ortodoncista se sitúa alrededor de los seis años no debiéndose retrasar mucho más.

¿Por qué la ortodoncia es importante para la salud bucodental?

La ortodoncia corrige la posición de los maxilares, las formas de las arcadas dentarias y las alteraciones en el desarrollo. Gracias a la ortodoncia, así mismo, es posible aumentar el encaje de los dientes. Unos dientes bien alineados conducen a una mejor mordida. También favorecen a la higiene oral al facilitar el cepillado, previniendo la aparición de caries y enfermedades de las encías.

La finalidad de la ortodoncia en la mayoría de los casos es mejorar la funcionalidad de la boca, lo que repercute positivamente en la salud oral y la estética facial. A su vez, la mejoría de la salud oral favorece al mantenimiento de una buena salud general ya que algunos problemas en otras áreas del cuerpo encuentran su origen en disfunciones bucales.

Indicios para llevar a un niño o niña al ortodoncista

Existen algunos indicios que alertan sobre la necesidad de llevar a un niño o niña al ortodoncista ante la posibilidad de maloclusión u otros problemas bucodentales que no hay que pasar por alto:

  • Cuando el niño o la niña abre la boca se observa una desviación en la mandíbula.
  • La mandíbula tiene un tamaño superior a la media.
  • Al tragar o al hablar, el niño o niña sitúa la lengua entre los incisivos.
  • Se observan problemas y/o dificultades para masticar o morder alimentos.
  • Los dientes de leche han tardado mucho en caerse, o por el contrario, se han caído demasiado pronto, debiendo hacerlo entre los 6 y los 9 años.
  • Los dientes permanentes tardan en exceso en salir.
  • Mientras duerme, el niño o niña ronca o se producen apneas del sueño.
  • Existe apiñamiento dental.
  • Se observa que los incisivos superiores están especialmente inclinados o sobresalen de la boca.
  • El niño o la niña respira por la boca en lugar de hacerlo por la nariz, lo que puede implicar que se esté produciendo mordida abierta y los labios no cierren adecuadamente.
  • Hay problemas en el habla o en la pronunciación.
  • Abrir y cerrar la boca produce ruido.
  • Chuparse el dedo puede provocar deformaciones en la boca, por tanto si el niño o niña tiene o ha tenido el hábito de hacerlo durante mucho tiempo, podrían haberse ocasionado desviaciones en la posición de los dientes (las más comunes tienen que ver con que los incisivos superiores se muevan hacia delante y los inferiores hacia atrás).

La detección precoz de problemas relacionados con la salud bucodental favorecen a que haya éxito en el tratamiento, por tanto se recomienda prestar atención a las señales de alerta, para, así, poder iniciar el tratamiento oportuno cuanto antes. 

Cómo conseguir que los niños tengan una buena salud bucodental

Los padres son los responsables de que los niños tengan una buena salud bucodental durante la infancia, por lo que deben transmitirles a los mismos la disciplina de cepillarse los dientes todos los días y evitar el consumo de dulces que puedan favorecer la aparición de la caries dental.

Al igual que se aprende a leer, a escribir o a sumar, los padres también deben enseñar a sus hijos cuáles son las claves para mantener una buena higiene dental y prevenir la aparición de enfermedades bucodentales.

La caries, el principal enemigo de los más pequeños

Según la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP), la caries dental ya es la enfermedad crónica de nuestro país más frecuente en la infancia, sobre todo en aquellos que cursan preescolar.

Esta enfermedad se produce por el consumo excesivo de azúcares y por falta de una buena higiene dental tras el consumo de este tipo de alimentos. Cabe destacar que aquellos niños que presentan caries en los dientes temporales, tienen un mayor riesgo de experimentar múltiples caries en la dentición permanente.

Además de las caries, también existen multitud de enfermedades dentales que pueden afectar gravemente a la cavidad oral de los más pequeños de la casa, por eso la prevención y la educación se hacen clave en los primeros años de vida de nuestros hijos.

¿Cómo saber si mis hijos tienen una mala higiene dental?

Pero, ¿Cómo puedo saber si mi hijo tiene una buena o mala salud bucodental? Además de llevarlo al dentista con frecuencia, también debes vigilar que en la cavidad oral de tus hijos no se produzcan las siguientes señales de alarma:

  1. Encías de color rojizo e incluso amoratada. Una encía sana siempre es de color rosada
  2. Hinchazón, malformación de la encías y pérdida de la misma alrededor del diente
  3. Sangrado de la encía durante el cepillado
  4. Mal aliento
  5. Sensibilidad dental

Trucos para que tus hijos tengan unas encías saludables

Desde la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) nos dan una serie de pautas a seguir si queremos que las encías de los más pequeños del hogar se conserven intactas con el paso del tiempo.

1. Enséñale a tus hijos cómo cepillarse correctamente.

El cepillado es clave para la prevención, por eso debes poner especial esmero en que tu hijo aprenda por sí solo a realizarse una buena higiene dental. Indícale que para mantener una buena higiene dental es necesario cepillarse los dientes, al menos, dos veces al fría.

Además, también sería conveniente que le mostrases cómo saber si tiene unas encías sanas o no. Recuerda que una encía sana es aquella que es rosada, firme y que no sangra durante el cepillado.

2. Acaba con los malos hábitos

Durante la niñez se adquieren varios hábitos que pueden ser dañinos para la salud bucodental de los más pequeños de la casa. Chuparse el dedo, mordisquear un bolígrafo o comer chucherías todos los días son tres de las causas más frecuentes de malformaciones en la cavidad oral, astillamiento en los dientes y aparición de caries.

La educación es clave para conseguir que nuestros hijos tengan una buena salud bucodental en la edad adulta.

3. Visita de manera periódica al dentista

Llevar a nuestros hijos al dentista cuándo son pequeños tiene innumerables beneficios para ellos. Además de evitar que le cojan fobia a los dentistas en la edad adulta, también conseguirás que adquieran el hábito de ir cada seis meses al dentista para realizarse una higiene dental o simplemente para acudir a una revisión general.

Recuerda que tu dentista también puede ayudarte a detectar posibles enfermedades bucodentales y a cuidar de la salud bucodental de los más pequeños. Visítalo.

Cuándo empezar a llevar al niño al dentista

Generalmente, durante su primer año de vida, un bebé suele acudir al pediatra más de 5 veces al año para controlar su evolución, sin embargo, hay muchos padres que no saben a qué edad deben llevar a sus hijos al dentista, ya que en muchos casos los consideran aún muy pequeños.

Sin embargo, retrasar la visita de tu hijo al dentista más de lo debido puede ocasionar problemas graves en un futuro, como una maloclusión severa. Detectar estas cosas a tiempo es clave para asegurar una buena salud bucodental en su edad adulta.

¿Cuándo debo llevar a mi hijo al dentista?

Desde la Sociedad Española de Odontopediatría aconsejan llevar a nuestros hijos al dentista antes de que cumplan su primer año de vida. Durante estas visitas, el odontopediatra te indicará qué herramientas debes utilizar para intentar que tu hijo no padezca caries dental durante la infancia y evitar, así, posibles visitas al dentista para tratarlas.

Acudir al dentista cuando tus hijos son pequeños te ayudará a que estos se vayan familiarizando con el ambiente y a obtener consejos y asesoramiento para evitar que este sufra dolor de muelas en un futuro.

La caries en la primera infancia, el gran reto de padres y odontólogos

Sin duda, una de las preocupaciones más habituales de los padres con respecto a la salud bucodental de sus hijos es la aparición de caries, una de las enfermedades bucodentales más comunes durante la infancia.

Este hecho, ha provocado que los especialistas recomienden acudir al odontopediatra antes de los 12 meses de edad, para establecer medidas preventivas y fijar, al menos, una revisión al año en caso de que todo vaya bien.

Entre otras cosas, en tu visita al odontopediatra se explicará porqué es necesario cuidar de los dientes de leche si al final estos se caen. Una boca libre de caries en la primera infancia, y con una buena higiene bucodental, está relacionada con una boca sana en la edad adulta, es por ello que las visitas al odontopediatra durante la infancia son imprescindibles.

Al contrario de lo que muchos padres creen, los dientes de leche deben ser cuidados con esmero, ya que una infección de estos puede afectar gravemente a los dientes permanentes que se encuentran justo por debajo.

A partir de los 3 años de edad, los niños ya suelen tener todos sus dientes de leche en la boca, por lo que hay que mostrar especial atención a la higiene oral de nuestros hijos. A partir de los 5 años, durante el periodo del recambio dentario, las revisiones en el dentista deben ser más frecuentes para evitar complicaciones en la edad adulta y subsanar los errores a tiempo.

A medida que van creciendo, los niños y las niñas deben ir mejorando su habilidad para el cepillado dental. Cuando ya tengan una edad donde se les otorgue cierta responsabilidad, las revisiones podrán realizarse una vez al año. El odontopediatra debe valorar los factores de riesgo individuales de cada niño para poder establecer las pautas necesarias y recomendar la programación de las revisiones dentales.

Semana de la lactancia materna

Del 1 al 7 de agosto se celebra en más 170 países la Semana Mundial de la Lactancia Materna, destinada a fomentar la lactancia materna, pero, ¿qué repercusión puede tener en nuestra salud bucodental dar el pecho a nuestros hijos?

Como futura madre, desde el Colegio de Odontólogos de Valencia  (ICOEV) te recomendamos que acudas a tu dentista habitual para que te realicen un examen bucal y se te indique el riesgo de sufrir una enfermedad periodontal y caries, así como las medidas preventivas a seguir durante el embarazo.

¿Por qué apostar por la lactancia materna?

Sin duda, la mejor alimentación para los recién nacidos es la leche materna. Los niños alimentados exclusivamente por este método suelen presentar un mejor desarrollo tanto físico como emocional, de hecho, son innumerables los organismos que recomiendan dar el pecho durante los seis primeros meses de vida del pequeño.

Además, una buena posición y succión del pecho durante la lactancia tiene innumerables beneficios para el pequeño, como por ejemplo la transferencia de lactoferina, lisozimas, inmunoglobina A o la nutrición afectiva emocional.

Desde el punto de vista odontológico, la lactancia favorece al correcto desarrollo de los músculos orofaciales, de los maxilares e incluso ayuda a desarrollar una hábitos de deglución correctos, evitando así posibles maloclusiones en la edad adulta.

Sin embargo, según indica la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP), una lactancia materna muy prolongada en el tiempo, especialmente por la noche, puede afectar a la formación bucodental de los más pequeños del hogar.

Problemas de una lactancia prolongada

La mayoría de los problemas en el desarrollo bucodental del bebé durante la lactancia se debe a una mala posición y a un mal agarre del pequeño y de la madre. Aunque es algo natural, la lactancia requiere de paciencia y de aprendizaje, tanto por parte del niño como de la madre.

Además, la madre debe ser consciente de que una lactancia prolongada, especialmente de noche, puede provocar la aparición de caries de la primera infancia (CPI). Es decir, la leche materna al tener lactosa, puede producir caries en edades tempranas debido a…

  • Una prolongación de la lactancia nocturna sin tomar medidas de higiene
  • Introducción, en la dieta del pequeño, de alimentos complementarios azucarados
  • La transmisión de bacterias de la saliva de los padre

Para evitar esta clase de inconvenientes, es recomendable comenzar a reducir la lactancia materna durante las noches tras la erupción del primer diente. Desde el ICOEV, también recomendamos realizarle al pequeño una limpieza dental e ir dejando espacio entre las tomas para que los dientes no sufran los atauqes ácidos que se suelen producir tras la ingesta del alimento.

Desde aquí, aconsejamos a los padres que lleven a su bebé  al odontopediatra después de su primer cumpleaños para prevenir la aparición de caries y otras enfermedades bucodentales.

 

¿Cómo elegir la pasta de dientes más útil para tu boca?

La oferta actual de dentífricos y colutorios en supermercados y farmacias es múltiple hasta tal punto que llega un momento en que no sabemos entre cuáles elegir. Ante tal disponibilidad, no son pocos los ciudadanos que dudan y se plantean qué pasta deben elegir y utilizar.

Desde el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia (ICOEV) recomendamos elegir la pasta en función de la situación de la boca del paciente y si éste tiene dudas es conveniente que las traslade al dentista para que le aconseje.

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Hoy en día podemos encontrar todo tipo de pastas, desde la tradicional contra la caries, pasando por específicas para sensibilidad, periodontales (encías) o las denominadas blanqueadoras.

El problema más común y extendido es la caries por ello las principales recomendaciones para tener una boca libre de caries pasan por una constante higiene bucal,  utilizar un dentífrico que lleve una cantidad adecuada de flúor y realizar al menos una visita anual al dentista. Tampoco hay que olvidar que no se debe enjuagar la boca con agua tras el cepillado con dentífrico ya que limita notablemente el efecto de la pasta. Es más recomendable escupir la pasta.

Tipos de pasta

Las pastas que se recomiendan para prevenir las caries son aquellas que tienen una cantidad de flúor. ¿Pero cuánto debe llevar? Desde el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia ICOEV, te aconsejamos que el dentífrico tenga una cantidad de flúor superior a 1.000 partículas por millón (ppm). ¿Por qué? Con el objetivo de aumentar la resistencia del esmalte, actuar frente al crecimiento de bacterias que producen el sarro y, además, permitir remineralizar la capa del esmalte y hacerla más fuerte.

De hecho, comprar aquellos que estén por debajo de mil partículas por millón es equivalente a cepillárselos sin pasta en lo que a protección de caries se refiere.

En el caso de los niños, el contenido de flúor de la pasta de dientes a utilizar, viene determinado por el riesgo de caries y la edad del niño ya que en los menores la ingesta de pasta es muy común.  Las pastas dentales con menos de 1000 ppm. de flúor no han demostrado tener efectos preventivos  y por eso se recomienda su uso como herramienta de aprendizaje al inicio del cepillado con la salida de los primeros dientes. En menores de 6 años, se recomienda pasta de 1.000 ppm. En cantidad de mancha o grano de arroz hasta los 3 años y cantidad como un guisante hasta los 6 años. A partir de los 6 años se recomienda pasta de 1450 ppm. en cantidad de un guisante.

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Cuando comenzamos a tener sensibilidad dental por culpa del desgaste del esmalte, también podemos comprar una pasta dentífrica destinada a tapar aquellos poros del diente que nos provocan tanto dolor porque el nervio se encuentra cada vez más cerca de la superficie y los cambios bruscos de temperatura se notan en exceso.

En los casos de enfermedades periodontales como la gingivitis (que provoca el sangrado de las encías) también es posible utilizar una pasta de dientes más fuerte que además de la parte de flúor para combatir las caries utilice algún antiséptico. Eso sí, no deberán utilizarse más de 15 días seguidos. Y si el problema continúa, debemos acudir a nuestro odontólogo porque puede tratarse de algo más importante y él será el encargado de diagnosticarlo.

Respecto a las pastas dentífricas que se hacen llamar blanqueadoras cabe reseñar que su efecto es muy limitado ya que por sí solas no son efectivas más allá de una limpieza efectiva de restos en los dientes. Sí son recomendables como apoyo de un tratamiento de blanqueamiento dental realizado en la consulta de nuestro dentista.

Los dibujos dentales animados que ayudan a transmitir confianza en los dentistas

El miedo es uno de los principales motivos de no acudir al dentista en los mayores. Para evitarlo en los más pequeños y no proyectar malas sensaciones en ellos, debemos, además de visitar al odontólogo desde el primer año de vida, mostrarles imágenes positivas que ayuden a relativizar la visita al dentista. Encontramos grandes aliados y detractores en los dibujos animados y en la forma que tienen de transmitirlo.

La Doctora Juguetes

Otro buen ejemplo de cómo se debe trasladar a los niños las bondades de ser cuidadoso con la salud bucodental lo encontramos en varios capítulos de la Doctora Juguetes. Al igual que en el episodio de Caillou, en uno de ellos se utiliza a un dinosaurio (que es un muñeco para que sea el paciente), pero en este caso el dentista es la propia doctora juguetas. Y en otro repara la rotura de un diente de un tiburón y transmite que este tipo de intervenciones son necesarias y no producen dolor.

Caillou va al dentista.

En un episodio de Caillou, se nos muestra una situación muy común que es darse miedo entre niños diciendo lo mal que se pasa o lo que han oído a los mayores (que solemos trasladar, al igual que en otros tipo de doctores, una mala sensación sin darnos cuenta). El niño acude al dentista y en él desmitifica lo malo ofreciendo el profesional consejos o ideas para que el pequeño vea que no pasa nada y que va a encontrar momentos divertidos y sin dolor cuando vaya al odontólogo.

dibujos dentales

Peppa Pig

Cada mañana Pepa y George se cepillan los dientes. Y el capítulo narra la primera vez que el pequeño George va al dentista. Siendo un bebé debe acudir a realizar la primera visita. Es una forma de considerar necesario y muy divertido acudir al odontólogo. Pepa le cuenta a su hermano qué hace y le provoca para que le imite a ella, enjuagándose con flúor. Además, también se tratan las consecuencias de la mala higiena bucal a través del múñeco del pequeño que ve como el dentista se molesta con su dinosaurio porque tiene los dientes muy sucios.

 

Los Picapiedra

Pablo y Pedro acuden al dentista de dinosaurios para que saque una muela a Pablo. Pedro asegura que a Dino (su dinosaurio) le sacaron un diente muy bien. En este caso, iguala a un veterinario a un dentista, ejemplo negativo a todas luces, pero con el que se pretende mandar un mensaje de tranquilidad y de confianza a los más pequeños ya que transmite que la visita odontológica es necesaria, nada traumática e indolora, y esta última es una connotación positiva.

 

Érase una vez la vida

Hace ya algunos años, en la serie Érase una vez la vida disfrutábamos y aprendiamos con los personajes que nos acompañaron en nuestra niñez en esta mítica serie. En uno de sus capítulos se hace referencia a la Odontología y nos trasladaban cómo el azúcar hacía mella en los dientes… cómo se formaban las caries y aconsejaban de forma correcta cómo y cada cuánto un niño debía lavarse los dientes. Tener hábitos saludables no es difícil si conseguimos crearlos desde los que son más pequeños. Acudir al odontólogo no debe ser una causa de preocupación para los niños y sí una visita necesaria ya antes del primer año.

Siete consejos para salvaguardar la salud bucal de los niños en vacaciones

Mantener la sonrisa intacta en un niño debe ser primordial para sus progenitores y para ello es imprescindible una buena salud bucodental  durante todo el año. Sin embargo en épocas como las vacaciones conviene estar alerta ya que el cambio de horarios y la pérdida de hábitos puede acabar siendo perjudicial para los dientes de los más pequeños.

El diente es la única parte del cuerpo humano que no se regenera por sí misma. Por ello, además de la detección precoz de cualquier infección, el cuidado de los dientes es muy necesario. En los más pequeños, prevenir la caries  es el objetivo principal ya que es la enfermedad crónica infantil más común.

En la actualidad, y según los datos de la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP), uno de cada cinco niños (de dos a cuatro años de edad) tienen caries que no han sido tratadas ¿Qué podemos hacer para evitarlas? ¿Qué pautas debemos seguir durante las vacaciones?

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