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Cómo reducir el riesgo bacteriano de un cepillo de dientes

Los cepillos dentales ya sean eléctricos o manuales son sin duda el principal aliado de la salud bucodental. Su buen y periódico uso es más que útil para evitar disgustos mayores,  en forma de complicaciones (sarro, caries, enfermedad periodontal, etc), en nuestra boca.

Y es que si el ciudadano no cuida o realiza un mantenimiento adecuado al cepillo, previniendo la aparición y proliferación de las bacterias, gérmenes u hongos en las cerdas, estas pueden traer consigo los consiguientes riesgos para la salud. Así lo ponen de manifiesto numerosos estudios en los últimos años. Éstos demuestran que las bacterias no solo son capaces de crecer y reproducirse en las cerdas del cepillo, sino que también tienen la capacidad de transmitir por todo el cuerto los microorganismos responsables de enfermedades.

Bacterias como la salmonela, e. coli y estreptococos, respiratorias, etc pueden colonizar ‘invisiblemente’ nuestros cepillos, así, la higiene y la prevención son importantes.

Por todo ello y para reducir los riesgos bacterianos de un cepillo de dientes os recomendamos lo siguiente:

No compartir el cepillo de dientes con nadie.

Evitar el contacto cercano con otros cepillos.

Cambiar de cepillo cada 3 o 4 meses.

Cambiar el cepillo tras una gripe, resfriado o infección bucal ya que los gérmenes pueden permanecer en las cerdas y reactivar el problema.

Tapar las cerdas con una funda y colocarlo en posición vertical.

Guardarlo en un lugar no húmedo; A pesar de lo comúnmente pensado el baño no es el lugar más adecuado para guardar el cepillo ya que es un lugar donde la humedad está presente (ducha, agua caliente, etc) y hay riesgo de aspersión de bacterias presentes en heces u orina.

Enjuagar el cepillo con agua a presión tras su uso para eliminar restos de saliva y pasta dentífrica.

Esterilizar si es posible.

 

 

 

¿De verdad le arrancaron los dientes? por Enrique Llobell

Recientemente se publicó en toda la prensa nacional la noticia de un dentista de Zaragoza, que ha arrancado los dientes a una paciente que no le quería pagar.

Esta noticia ha generado todo tipo de comentarios en los nuevos sistemas de comunicación. No conozco al dentista ni a la paciente, por lo que voy a dar mi opinión, una más, a la espera de que el asunto sea resuelto judicialmente.

Leo que  entre gritos y sollozos, la “pobre” mujer se ha ido a la policía y ésta ha metido al dentista en el calabozo. Vaya como está la profesión.   He intentado ponerme en contacto con el dentista de Zaragoza, pero me ha sido imposible, ha cerrado su consulta. Imposible también comunicar con la paciente. Leída la noticia, justo al final del todo, donde ya nadie llega, pone que la paciente acudió a puertas de urgencias, enviada presumiblemente por la policía, y el informe médico dice que no hay lesiones. Que curioso. Le han arrancado los dientes  y no hay lesiones. En otro punto de la noticia dice que la paciente es la madre de una empleada del doctor. Vaya por Dios. Al parecer, hubo un acuerdo económico por un precio muy inferior al habitual. Al negarse la paciente a abonar la prótesis, según ella mal presupuesta, el dentista optó por retirarla, desatornillándola o descementándola, después de convencer a la paciente de que iba a ajustarla mejor. No le hizo ningún daño, eso es evidente, pero ella se sintió engañada al verse sin dientes, y abandonó la consulta entre gritos. Acudió a la policía, que la envió a por el informe médico de urgencias. Que fácil resulta realizar todas estas maniobras cuando conoces los entresijos de una clínica dental, porque allí trabaja tu hija.

Estas prácticas son habituales en otras profesiones, y se las conoce como engaño, timo o estafa. Ahora empiezan a llegar a profesiones como la odontología, profesiones sanitarias que se empiezan a confundir con simples comercios por culpa un poco de todos.

Las nuevas formas de practicar la odontología, con franquicias donde trabajan falsos dentistas, y con tantos intrusos, están cambiando la forma de entender la profesión. Desgraciadamente, esto sólo pasa en España, porque esas franquicias no funcionan en el resto de Europa, donde tampoco trabajan los intrusos. Aquí, si. Y vemos profesionales destrozados, como este joven que tendrá que esperar el resultado de un juicio que tardará mucho tiempo en resolverse.

Mientras tanto los actuales medios de comunicación no especializados propician informaciones y debates, que no benefician en nada a la profesión ya que generan una gran desconfianza por parte de los ciudadanos.

 

Enrique Llobell

Presidente del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia

El peligro de las ofertas y el ‘low cost’ en la consulta del dentista

En una sociedad en la que la economía centra todo el interés y el ciudadano ha visto reducido su poder adquisitivo, las ofertas se han convertido en un gancho perfecto y efectivo para captar clientes en la mayor parte de los ámbitos. Sin embargo no en todos los sectores tienen las mismas consecuencias. En los últimos años y aprovechando el caldo de cultivo de la crisis, las ofertas y las ‘promociones chollo’ han llegado a los servicios de salud y más concretamente a las consultas de Odontología. A priori lo que para el cliente puede parecer una ventaja económica se puede convertir en un problema para su salud. Y es que en el caso de la Odontología, las ofertas no son una buena elección ya que en la asistencia sanitaria lo importante no es el precio y lo que realmente importa es la calidad de la atención y los materiales utilizados.

Tras una oferta de servicios odontológicos se esconden otras cosas que el paciente desconoce pero que son muy importantes para su salud. Para empezar la calidad de los materiales. En este tipo de iniciativas ‘low cost’ utilizadas principalmente por grandes empresas, franquicias o seguros de salud se suelen utilizar materiales cuya calidad está por muy por debajo del odontólogo de confianza de toda la vida que no cae en las ofertas ya que no permite rebajar los estándares de calidad.

Respecto a la asistencia, cabe reseñar que la mayoría de firmas que optan por las ofertas como estrategia comercial para captar clientes están formadas por profesionales sin demasiada experiencia contratados con salarios bajos e irrisorios para su valía. Sin embargo, lo que es más grave y que la ciudadanía desconoce es que en la mayoría de los casos, estos odontólogos son obligados a realizar un mínimo de actuaciones dentales facturables a los pacientes (aunque no siempre sean estrictamente necesarias). Finalmente son obligados a prestar el servicio en un tiempo récord para optimizar el volumen de atenciones que deben realizar. Es decir, dedican menos tiempo del necesario a la atención del paciente.

Y es que no hay que olvidar que el objetivo primordial de este tipo de empresas no es otro que obtener el máximo beneficio con el mejor coste y para ello no hay otro camino que rebajar la calidad ya sea de la asistencia o de los materiales. No en vano, la mayoría de las firmas que optan por las ofertas y chollos gancho están gestionadas por gestores y empresarios no por profesionales de la odontología. Ello hace que en la mayoría de los casos, la sensibilidad por el paciente, el conocimiento del sector, la vocación y el interés sanitario pasen a un segundo plano. El objetivo no es otro que recaudar y repartir dividendos a los inversores.

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