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Respiración Bucal: El silencioso problema que afecta tu salud oral

La respiración es una función vital para la vida, pero ¿qué sucede cuando esta función se ve comprometida? La respiración bucal es un fenómeno que ocurre cuando una persona inhala y exhala predominantemente a través de la boca en lugar de la nariz. Aunque puede parecer un problema menor, la respiración bucal puede tener consecuencias significativas para la salud oral y general de una persona. En este artículo, exploraremos en profundidad qué es la respiración bucal, sus posibles causas y los problemas que puede provocar a nivel oral, basándonos en las fuentes y recomendaciones de la Asociación Dental Americana (ADA), la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) y la Asociación Española de Ortodoncistas (AESOR).

¿Qué es la Respiración Bucal?

La respiración bucal se define como el acto de respirar predominantemente a través de la boca en lugar de la nariz. Mientras que la respiración nasal es el proceso natural y preferido por el cuerpo humano, la respiración bucal puede ocurrir por diversas razones, tanto temporales como crónicas. Algunas de las causas más comunes de la respiración bucal incluyen congestión nasal debido a alergias o resfriados, obstrucciones físicas en las vías respiratorias, como pólipos nasales o desviaciones del tabique nasal, y hábitos orales como chuparse el dedo o el uso prolongado del chupete en la infancia.

Problemas asociados a la Respiración Bucal

La respiración bucal puede tener una serie de consecuencias negativas para la salud oral y general de una persona. A continuación, se presentan algunos de los problemas más comunes asociados con este hábito:

  • Sequedad bucal: La respiración a través de la boca puede provocar sequedad bucal crónica, ya que la saliva no tiene la oportunidad de hidratar adecuadamente la cavidad oral. La sequedad bucal puede aumentar el riesgo de caries dental, enfermedad de las encías y otras afecciones bucales.
  • Maloclusión dental: La respiración bucal puede influir en el desarrollo de la estructura ósea facial, lo que puede resultar en maloclusiones dentales, como la mordida abierta, la mordida cruzada o la sobremordida. Estas maloclusiones pueden requerir tratamiento ortodóntico para corregirse.
  • Caries dental: La sequedad bucal asociada con la respiración bucal puede crear un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias y la formación de placa dental, lo que aumenta el riesgo de caries dental y enfermedad de las encías.
  • Halitosis: La sequedad bucal y la acumulación de bacterias pueden contribuir al desarrollo de halitosis o mal aliento, lo que puede afectar la confianza interpersonal y la calidad de vida de una persona.
  • Desarrollo anormal de la cara y la mandíbula: La respiración bucal crónica durante la infancia puede influir en el desarrollo normal de la cara y la mandíbula, lo que puede resultar en una apariencia facial alterada y problemas de salud subyacentes.
  • Problemas del sueño: La respiración bucal también puede estar asociada con trastornos del sueño, como la apnea del sueño, que pueden tener consecuencias graves para la salud general y la calidad de vida de una persona.

Prevención y Tratamiento

La prevención y el tratamiento de la respiración bucal dependen en gran medida de la causa subyacente del problema.

Para abordar los problemas asociados con la respiración bucal, es importante trabajar en colaboración con un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud, que pueden incluir dentistas, ortodoncistas, otorrinolaringólogos y especialistas en medicina del sueño. El tratamiento puede implicar terapia ortodóntica para corregir maloclusiones dentales, terapia miofuncional para mejorar la función muscular oral y nasal, y en casos de trastornos del sueño relacionados, puede ser necesaria la terapia de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) u otros tratamientos para la apnea del sueño.

En resumen, la respiración bucal es un problema que puede tener importantes implicaciones para la salud oral y general de una persona. Desde la sequedad bucal y la caries dental hasta maloclusiones dentales y trastornos del sueño, los problemas asociados con la respiración bucal pueden afectar negativamente la calidad de vida de quienes los padecen. Es importante abordar este problema de manera temprana y trabajar en colaboración con profesionales de la salud para identificar y tratar la causa subyacente de la respiración bucal y sus complicaciones asociadas. Recuerda, una respiración saludable es fundamental para una vida saludable.

Muelas del juicio: te contamos todo lo que debes saber sobre ellas

Las muelas del juicio son los últimos dientes en desarrollarse en la boca, y una de las principales preocupaciones, a nivel odontológico, para muchos pacientes.

Apiñamiento dental, dolor intenso… son muchos los problemas que pueden surgir a raíz de la aparición de las muelas del juicio

¿Es posible que no me salgan las muelas del juicio?

Sin embargo, no todos los pacientes experimentan la erupción de las muelas del juicio. Cada vez se ven más pacientes en consulta que no tienen muelas del juicio. ¿El motivo? La evolución

Según la SEPA, la propia evolución ha provocado que muchas personas no experimenten la aparición de estos terceros molares. En la antigüedad, las muelas del juicio eran esenciales para poder masticar alimentos duros, sin embargo, nuestra alimentación (mucho más blanda que antaño) ha provocado que el propio organismo descarte la aparición de las muelas del juicio.

¿Qué pasa si tengo muelas del juicio? ¿Tengo que sacarlas?

Sin embargo, la mayor parte de pacientes sí que experimentan la erupción de las muelas del juicio, algo que provoca que se pregunten: ¿es necesario extraerlas?

Si las muelas erupcionan correctamente y no generan ningún tipo de problema no hay por qué sacarlas. Si las muelas del juicio salen mal alineadas, impactadas o no llegan a erupción porque se quedan cerradas ante la falta de espacio, requieren de extracción para prevenir futuras complicaciones dentales.

La causa más común de la extracción de las muelas del juicio es casi siempre que no pueden emerger completamente debido a que no tienen espacio en el maxilar. Esto puede deberse al estado del crecimiento mandibular o a factores anatómicos o hereditarios

Según la ADA (American Dental Association), la extracción de las muelas de juicio puede ser necesaria si tienes algún cambio en la zona donde están esas muelas, por ejemplo, los siguientes: Dolor. Infección repetida del tejido blando que está detrás de la última muela inferior

Desde ICOEV te recomendamos que acudas regularmente a tu dentista para que puedan evaluar tu caso de manera personalizada.

Cuidado de la salud bucodental en adultos mayores: Problemas comunes y prevención de afecciones

Tu dentadura intacta para toda la vida, ¿es posible? Claro que sí, si te preocupas de mantener buenos hábitos de higiene oral, cuidado personal y de realizar visitas al dentista con frecuencia.

Aun así, existen problemas comunes en el adulto mayor, como la enfermedad periodontal o las caries, entre otras afecciones, que hay que tratar de forma inmediata cuando aparecen. En este artículo os daremos las claves para el cuidado de la salud bucodental de los mayores y sobre todo, para que puedas prevenirlos desde ya y llegues a los 80 años con tu dentadura perfecta.

5 problemas dentales comunes en adultos mayores

La boca es un indicador clave de la salud general de una persona. Muchas enfermedades sistémicas pueden manifestarse a través de síntomas orales como encías inflamadas o sangrantes, sequedad bucal o llagas persistentes. Si tienes más de 60 años, es importante que prestes atención a cualquier cambio o problema dental para identificar posibles condiciones médicas subyacentes. A continuación describimos las 5 más comunes:

  1. Enfermedad periodontal: También conocida como gingivitis y periodontitis, afecta principalmente a los adultos mayores debido a factores como el deterioro del sistema inmunológico y el uso prolongado de medicamentos que causan sequedad bucal. Esto puede llevar a la pérdida prematura de dientes si no se trata adecuadamente.
  2. Pérdida ósea: A medida que envejecemos, podemos experimentar pérdida ósea en nuestras mandíbulas, lo que puede afectar la estabilidad dental e incluso llevar a cambios faciales significativos.
  3. Xerostomía: La sequedad bucal es un problema común entre los adultos mayores debido al uso de medicamentos, problemas de salud subyacentes y cambios hormonales. La falta de saliva puede aumentar el riesgo de caries, infecciones y dificultad para hablar y comer.
  4. Caries dentales: Las caries pueden afectar a cualquier edad, pero los adultos mayores son más propensos a desarrollar caries radiculares en las raíces expuestas debido a la retracción de las encías.
  1. Prótesis dentales mal ajustadas: Muchos adultos mayores usan prótesis dentales como dentaduras postizas o puentes fijos. Si estas prótesis no están bien ajustadas, pueden causar irritación, úlceras bucales e incluso dificultades para comer y hablar.

Consejos de prevención y cuidado bucodental en adultos mayores:

La prevención es la clave para mantener una buena salud bucodental en todas las edades, te contamos algunas medidas importantes que deben tomar en especial consideración los adultos mayores:

La primera y más importante es mantener una buena higiene bucal, en particular para los adultos mayores esto es relevante, porque algunas personas de avanzada edad suelen tener condiciones de salud crónicas y complejas que dificultan muchas veces la destreza necesaria para limpiarse los dientes de manera eficiente.

Cepillarse los dientes después de cada comida, con pasta dental fluorada y usar hilo dental y/o cepillo interdental diariamente, ayuda a prevenir la acumulación de placa bacteriana y reduce el riesgo de enfermedades periodontales.

Agendar visitas al dentista es  fundamental para que los adultos mayores visiten a su dentista regularmente, ya sea para realizar limpiezas profesionales, como realizar exámenes orales completos y detección temprana de posibles problemas.

La alimentación saludable con una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y alimentos bajos en azúcar, ayuda a mantener dientes fuertes y encías saludables.

El uso correcto y cuidado de prótesis dentales implica limpiarlas regularmente y asegurarse de que estén debidamente ajustadas para evitar irritaciones y problemas relacionados.

También es importante informar al odontólogo sobre cualquier problema médico o medicamentos que esté tomando es esencial para un cuidado bucodental adecuado, ya que algunos medicamentos pueden afectar la salud oral.

La importancia del cuidado de la salud oral en personas mayores

Las consecuencias de una mala higiene bucal en personas mayores pueden significar dolor y dificultad para comer, lo que puede bajar los niveles de nutrición.

Así también, la mala apariencia y la incapacidad dental pueden bajar la autoestima lo que puede conllevar a un aislamiento social.

La mala salud bucal puede repercutir en enfermedades como la diabetes, neumonía y enfermedades cardiovasculares.

El cuidado bucodental en adultos mayores es fundamental para garantizar una buena calidad de vida y prevenir complicaciones posteriores que pueden ser de carácter grave. 

La buena salud oral en los adultos mayores contribuye a aspectos tan fundamentales como poder alimentarse correctamente con los nutrientes necesarios, comunicarse satisfactoriamente en su día a día y por tanto, disfrutar de una vida plena y autónoma.

La ortodoncia interceptiva en niños ¿para qué se utiliza?

La ortodoncia interceptiva es una especialidad de la odontología que se enfoca en el tratamiento de problemas dentales y faciales en niños en crecimiento. Su objetivo principal es detectar de forma temprana posibles anomalías en el desarrollo de los huesos maxilares y de la mandíbula, intervenir tempranamente para corregir maloclusiones (mordida incorrecta) y así poder alinear los dientes y promover un desarrollo facial adecuado. 

¿Por qué la ortodoncia interceptiva es importante?

Según la Asociación Española de Ortodoncistas (AESOR), “una atención temprana permite al ortodoncista detectar y actuar ante problemas óseos y de posición de los dientes y los huesos, factores de gran importancia en la función y en la salud oral y general de los niños”.

Los huesos y dientes pueden moldearse con facilidad en edades tempranas, de ahí la importancia de un diagnóstico precoz, pues si los problemas ortodóncicos son detectados en este momento de la vida, más sencilla resultará su solución. Los tratamientos ortopédicos e interceptivos en pacientes en edad de crecimiento suponen un gran avance en ortodoncia.

Durante la edad de crecimiento, el ortodoncista puede corregir y guiar el desarrollo del maxilar y la mandíbula del niño o niña; esto puede mejorar significativamente la calidad de vida del menor e, incluso, podría llegar a evitarle una cirugía en la edad adulta.

¿A qué edad se recomienda comenzar con un tratamiento de ortodoncia interceptiva?

Según lo que indica la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO), por lo general, se inicia y concluye durante la dentición temporal o mixta”, la que se inicia a partir de los 6 años con la erupción de los primeros molares permanentes superiores e inferiores. La erupción de estos primeros molares permanentes es de gran importancia, pues, además de ser piezas definitivas, sirven de guía para la colocación correcta de todas y cada una de las demás aún por salir. Por esto, el seguimiento de su crecimiento y debida conservación resulta fundamental.

Esto no significa que los niños sólo puedan ir a consulta odontológica a partir de los seis años y no antes. Si quieres ver cuál es la edad recomendada para una primera consulta, revisa nuestro Blog: Cuándo empezar a llevar al niño al dentista

Tipos de maloclusiones que detecta la ortodoncia interceptiva y cómo surgen.

Algunas maloclusiones que surgen de hábitos como el de succión del pulgar pueden corregirse por sí solas al cesar la costumbre. Desafortunadamente, en muchas otras ocasiones se producen maloclusiones que requieren tratamiento ortodóncico, aunque lo sea con aparatos simples. Aquí te presentamos algunos ejemplos y diferencias entre ellos.

  1. Hábitos desarrollados desde bebés: como mencionamos anteriormente, el más común es la succión digital (“chuparse el dedo”), también se observan los hábitos de interposición lingual (cuando la boca no se cierra por completo al interferir la lengua en la mordida) o la respiración oral.
  1. Malformaciones de origen esquelético: podrían presentarse como un paladar ojival o estrecho, problemas dentales como apiñamiento, mordida cruzada, sobremordida y submordida.
  1. Anomalías de tipo hereditario: esto corresponde a un caso más complejo, y por tanto el tratamiento podría ser más mayor que si fuese otro tipo de alteración común.

Aunque el menor sea tratado con ortodoncia interceptiva para tratar estas maloclusiones, no se descarta la posibilidad de una corrección posterior, ante la aparición de otra anomalía similar o diferente. 

¿Qué tan invasiva puede resultar la ortodoncia interceptiva para los niños y niñas?

La ortodoncia interceptiva es una técnica muy poco invasiva, pues al aplicarse a una edad temprana, como mencionamos anteriormente, los huesos son mucho más manejables, por tanto, las correcciones toman menor tiempo y no suponen un mayor problema o incomodidad para el menor, en comparación con el tiempo que tomaría corregirlo en la adultez.

Se suele complementar con una ortodoncia adolescente de carácter correctivo. De esta manera, se terminan de solucionar todas las malposiciones dentarias antes de llegar a edad adulta.

Además de corregir problemas dentales específicos, la ortodoncia interceptiva también busca influir positivamente en el crecimiento facial del niño. Algunos tratamientos pueden ayudar a guiar el crecimiento de los maxilares superiores e inferiores para asegurar que haya suficiente espacio para los dientes permanentes y prevenir posibles discrepancias faciales.

El mayor beneficio que aporta una ortodoncia interceptiva es, precisamente, que evita complicaciones que suceden cuando los huesos maxilares se han desarrollado completamente. En ese momento, solo se podrían solucionar con ortodoncia correctiva o incluso cirugía en los casos más graves.

La enfermedad de las encías y su relación con enfermedades cardiovasculares

Cada vez resulta más difícil discutir que la enfermedad periodontal y la enfermedad cardiovascular guardan relación, y que de hecho, el cuidado de la salud de las encías  puede ayudar a preservar una buena salud cardiovascular.

A lo largo de la última década se ha llevado a cabo una notable acción en la realización de  investigaciones sobre la relación observada entre infecciones bucales de tipo periodontal y las enfermedades cardiovasculares.

Estos estudios, epidemiológicos y poblacionales, han puesto de manifiesto la existencia prácticamente innegable de esta asociación.

No obstante, al contemplarse otras variables clínicas distintas a las tradicionales, como las medidas de aterosclerosis subclínica – evidencia de lesión de la pared arterial sin expresión clínica – se ha confirmado la relación entre las enfermedades, al observarse una disminución de la tendencia al daño en paredes arteriales después que el paciente se someta a un tratamiento periodontal.

Tal y como apunta la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración, el tratamiento de la periodontitis puede reducir los niveles de proteína C-reactiva3 al rango considerado de bajo riesgo cardiovascular.

Los pacientes con algún tipo de enfermedad en las encías tienen entre un 25 y un 50% más de riesgo de padecer un trastorno cardiovascular. Los cardiólogos y odontólogos atribuyen esta relación a la gran cantidad de bacterias que se sitúan bajo la encía, y que pueden pasar a la sangre y afectar a otras zonas del organismo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda atender el cuidado bucal – poniendo especial atención al cuidado de las encías – como medida de prevención para accidentes cardiovasculares.

Cuida de tus encías como factor preventivo de la enfermedad cardiovascular

Es importante detectar a tiempo señales de que tus encías pueden estar padeciendo alguna afección o problema. Para ello, es fundamental visitar a tu dentista si percibes alguno de los síntomas que se vinculan con la enfermedad periodontal, de tal forma que se pueda iniciar el tratamiento conveniente cuanto antes.

Entre los síntomas de la enfermedad periodontal se incluye la inflamación de las encías, el enrojecimiento, la presencia de pus, también la existencia de movilidad dentaria, de mal aliento o que las encías parezcan haberse despegado de los dientes.

De todas formas, es posible tener una enfermedad de las encías y no presentar ningún signo de alarma. Por eso son tan importantes las revisiones dentales periódicas y los exámenes periodontales.

Para que tus encías se mantengan en buen estado, pudiendo prevenir así la enfermedad periodontal y por tanto contribuyendo también a la prevención de enfermedades cardiovasculares, la American Dental Association recomienda:

  • Cepillarse los dientes después de cada comida.
  • Limpiar la placa bacteriana que se acumula entre las piezas dentarias con hilo dental u otro limpiador interdental, como los cepillos interproximales.
  • Acudir regularmente al dentista para que examine el estado de dientes y encías y realice una limpieza profesional.
  • Puede ser conveniente mostrar al dentista o higienista dental cómo te cepillas los dientes y limpias entre las piezas dentarias, de tal forma que pueda recomendar alguna mejora.
  • Si fumas o masticas tabaco, deja de hacerlo. El consumo de tabaco aumenta el riesgo de enfermedad de las encías.

Prevenir la enfermedad cardiovascular desde la clínica dental

El aumento de evidencias respecto a la relación existente entre la enfermedad y de las encías y afecciones cardiovasculares, como el infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares, pone en manos de profesionales un conocimiento que amplía la capacidad de acción y la posibilidad de prevención de ciertas patologías.

Cada vez hay una mayor consciencia respecto a que la salud bucodental está vinculada con la salud del resto del cuerpo, y que su importancia no solo queda restringida a conseguir una buena calidad de vida a partir de una correcta funcionalidad bucal, sino que también es importante de cara a la salud general. 

Esta ampliación de perspectiva gracias a los estudios científicos, permite tratar la salud con una mayor globalidad y resalta la importancia de la colaboración del odontólogo con otros profesionales como el cardiólogo.

Cuida de tu salud bucodental, no solo para unos dientes y encías sanos, sino también como parte de cuidar de tu salud general.

La salud bucodental durante el embarazo

El cuerpo de la mujer sufre una gran variedad de cambios a distintos niveles durante el periodo del embarazo. La condición bucodental puede verse influenciada por los cambios hormonales, además de ser afectada colateralmente por síntomas asociados con el embarazo, como los vómitos o la boca seca.

Durante el periodo de gestación es fundamental cuidar especialmente la higiene bucal, realizar revisiones periódicas en el dentista y llevar un estilo de vida saludable, para así poder garantizar un buen estado de dientes y de encías.

Vómitos y boca seca durante el embarazo

Uno de los síntomas más frecuentes entre  mujeres embarazadas, es el de las náuseas y los vómitos, que se encuentran más presentes a lo largo del primer trimestre. Pueden ocurrir en cualquier momento del día, aunque las mañanas son sin duda el momento más común. La intensidad de las náuseas varía en cada mujer, oscilando los síntomas entre más leves o más fuertes.

El vómito contribuye a la erosión del esmalte. Además, el aumento de los síntomas de la boca seca y la disminución de producción de saliva,  implica que los dientes se encuentren más vulnerables frente a la caries, a que haya mayor riesgo de halitosis, aumento de la placa bacteriana e incremento de la predisposición al desarrollo de enfermedades periodontales.

Para evitar daños bucodentales, es recomendable enjuagarse la boca después del vómito. También es fundamental cepillarse los dientes, pero se recomienda esperar treinta minutos después de haber vomitado, de tal forma que no se dañe el esmalte.  Incluir colutorios adecuados en la higiene bucodental puede ser muy favorable, así como mascar chicle sin azúcar para fomentar la producción de saliva.

Patologías bucodentales más frecuentes

Se observa que en el periodo de embarazo aumenta el riesgo de padecer ciertas afecciones y patologías bucodentales.

Entre las más comunes se encuentra la denominada gingivitis del embarazo. Ello se debe a que los cambios hormonales hacen que las mucosas tengan una respuesta más intensa ante la presencia de placa bacteriana lo que se traduce en unas encías más sensibles, inflamadas y predispuestas al sangrado.

Si la gingivitis no se trata adecuadamente puede acabar ocasionando la enfermedad periodontal, que, a su vez, supone la pérdida de hueso y encía, desencadenando movilidad dentaria y finalmente produciendo la pérdida de piezas dentales en los casos graves.

Un 5% aproximadamente de las embarazadas acaba desarrollando granuloma precisamente como respuesta inflamatoria exagerada a las bacterias y microorganismos que están presentes en la cavidad oral.

Por otra parte, también hay un mayor riesgo de desarrollar caries a causa de la hiposalivación, los ácidos presentes en el vómito y reflujos gástricos, así como el incremento del consumo de alimentos y bebidas con azúcar que puede darse como consecuencia de un aumento del apetito.

Hábitos favorables para el cuidado bucodental durante el embarazo

Desde World Dental Federation (FDI) recomiendan implementar una serie de hábitos y buenas costumbres para el periodo de gestación, con la finalidad de cuidar de la salud bucodental y prevenir la aparición complicaciones en relación a la misma, pues la salud de la boca, como hemos visto, se encuentra especialmente vulnerable durante el embarazo.

 

  • Llevar a cabo una buena higiene bucodental. Lavarse los dientes después de cada comida y emplear los productos e instrumentos adecuados es clave para mantener a raya a la placa bacteriana y así favorecer a que no se de la respuesta exagerada de las encías, ni se desarrollen caries. Es conveniente emplear, además del cepillo de dientes, cepillos interdentales, incluir colutorios con flúor y sin alcohol, así como optar por dentífricos que cuidan de aquellos aspectos bucales más comprometidos durante este periodo, por ejemplo, los dentífricos antigingivitis serían una buena elección.

 

  •  Proteger la boca de las náuseas matutinas.

 

El reflujo gástrico o los vómitos pueden aumentar la cantidad de ácido a la que está expuesta la boca, lo que puede dañar el esmalte dental y aumentar el riesgo de caries. En caso de vómito, conviene enjuagarse la boca con agua y cepillarse los dientes con pasta dentífrica y un colutorio fluorado. Sin embargo, tal y como hemos comentado, es necesario esperar al menos 30 minutos antes de cepillarse los dientes.

 

  • Seguir una dieta saludable y nutritiva.

 

Es común que tenga lugar un aumento del apetito en las embarazadas, sobre todo entre horas. No obstante, a la hora de elegir qué comer, conviene alejarse de los alimentos y las bebidas altos en azúcar, pues contribuyen al desarrollo de la caries dental en la madre. Además, la malnutrición en el embarazo, también puede afectar al desarrollo del bebé, provocar alteraciones en su esmalte dentario e incluso predisponerlo a  caries en la primera infancia.

A pesar de ser prevenible, la caries dental es la enfermedad crónica infantil más frecuente en todo el mundo.

Consumir alimentos ricos en proteínas y calcio es beneficioso tanto para ti como para tu bebé en desarrollo. Entre ellos se incluyen alimentos como carnes magras, huevos, pescado, frutas, verduras y productos integrales, así como lácteos (leche, queso, yogur, etc.).

 

  • Hidratarse.

 

Beber suficiente agua es fundamental para mantener las mucosas hidratadas y prevenir y tratar la boca seca. Una boca seca, con poca saliva, hace que sea más probable que se desarrollen las caries y la enfermedad de las encías.

 

  • Visitar con asiduidad al dentista.

 

Si se produce sensibilidad, sangrado o inflamación de las encías en cualquier momento del embarazo, es necesario acudir al dentista lo antes posible. De este modo se podrá prevenir que se desarrolle la enfermedad periodontal, la cuál no solo puede acabar en pérdida dental para la madre en el peor de los casos, sino que también se asocia a un mayor riesgo de bebés prematuros y de bajo peso al nacer.

Hacerse limpiezas bucodentales profesionales es una buena forma de limpiar a fondo la placa bacteriana y prevenirla. 

¿Cómo cuidar de tu salud bucodental en verano?

Es frecuente que durante el verano se produzca una relajación en los cuidados y los hábitos de higiene bucodental, siendo la causa principal los cambios que tienen lugar en la rutina durante esta época del año.

Al producirse cambios en el horario y en las actividades del día a día, es posible caer en el descuido, en mayor o menor medida, de aquellos hábitos que velan por mantener una boca saludable, los cuales tienen reservados momentos concretos en la rutina diaria el resto del año. En realidad, es en verano cuando hay que tenerlos más presentes que nunca -aunque siempre hay que tenerlos presentes- debido precisamente, a esta modificación de  hábitos, pues es frecuente que también implique una mayor ingesta de refrescos azucarados o de alcohol, lo que puede dañar dientes y encías.

Según la Fundación Dental Española, los cambios en la dieta que, con frecuencia, se dan en verano –  aumento de bebidas azucaradas, alcohol, aperitivos con grasas saturadas- favorecen a la desmineralización del esmalte, a la erosión dental, a la sensibilidad y al desarrollo de caries. Tampoco el calor es favorable para la salud bucodental: puede hacer que las mucosas orales se deshidraten.

Por otra parte, durante el verano se puede producir un aumento de las bacterias patógenas en la boca. Esto se debe a cambios en hábitos alimenticios, sumados a un descenso de la frecuencia con la que se ejecuta la higiene bucal, así como al aumento de la deshidratación por las altas temperaturas.

El desequilibrio en las bacterias que se encuentran en la cavidad oral puede prevenirse, si se mantienen unos buenos hábitos de higiene, nos hidratamos, seguimos una dieta saludable y nuestra boca se supervisa con regularidad por un dentista. Lo normal y saludable es que estas bacterias patógenas, que son las que pueden originar enfermedad periodontal, caries o halitosis, se encuentren bajo control. 

Desde ICOEV aconsejamos tener en cuenta una serie de pautas para mantener un buen estado de dientes y encías durante el verano, siendo conscientes de los cambios que se dan durante la época estival. 

  1. Bebe suficiente agua

El calor del verano hace que sea más fácil caer en la deshidratación. Beber agua nos mantiene hidratados frente a las altas temperaturas y ayuda a alejar los  golpes de calor, pero también es fundamental para la salud bucodental. Una hidratación correcta previene la sequedad bucal, que tiene otras afecciones asociadas, como el posible desarrollo de caries, además de favorecer a que no se produzca un desequilibrio bacteriano en la cavidad oral.

  1. Cuida de tu higiene bucodental y emplea los instrumentos adecuados

A pesar de las distracciones veraniegas, es importante tener presente la higiene bucodental. Lo ideal es lavarse los dientes después de cada comida, pero si esto no fuera posible, al menos hay que hacerlo después del desayuno y antes de acostarse. Elige un cepillo de cerdas medias o suaves para no abrasar el esmalte, usa hilo dental o cepillos interdentales al menos una vez al día y completa la higiene con un colutorio adecuado para la salud de tu boca.

  1. Limita el consumo de bebidas azucaradas y de alcohol.

Su consumo suele aumentar en verano, pues se toman como una alternativa refrescante para hacer frente al calor y a las altas temperaturas. Sin embargo, hay que vigilar su ingesta y la cantidad de azúcar que poseen. El consumo excesivo de azúcar aumenta las probabilidades de desarrollar caries, y el alcohol, por su parte, es perjudicial para el estado de los dientes y las encías, produce sensibilidad dental y contribuye al mal aliento.

 

  • Lleva una dieta saludable y nutritiva.

 

Evita los alimentos ricos en azúcares y apuesta por incluir en tu alimentación frutas y verduras repletas de vitaminas y fibra, la cual contribuye a controlar los niveles de azúcar en sangre. Elige una dieta basada en proteínas magras, legumbres, cereales integrales y frutas y verduras de temporada.

 

  • Elige opciones saludables para comer entre horas.

 

Durante el verano es usual comer o “picar” entre horas, y también es usual recurrir a aperitivos poco saludables, llenos de aditivos, azúcares añadidos y grasas saturadas. Te recomendamos elegir fruta fresca en su lugar, puede ser muy refrescante y es mucho más saludable tanto para tu salud general como para la bucodental.

 

  • Protege tus dientes de posibles traumatismos.

 

En esta época hay mayor riesgo de fracturas dentarias, ya que hay una mayor práctica de juegos al aire libre, deportes acuáticos, uso de la bicicleta etc. En el caso de participar en deportes o juegos en los que tus dientes puedan sufrir algún daño, merece la pena plantearse el uso de un protector bucal que los proteja.

 

  • Aprovecha para visitar a tu dentista

 

Si tienes tiempo libre, puede ser un buen momento para realizar tu visita periódica al dentista y revisar el estado en el que se encuentran tus dientes y tus encías, así como identificar y prevenir posibles problemas. También es buena idea llevar a cabo una limpieza bucal más a fondo por parte de un profesional para eliminar el sarro y la placa bacteriana acumulada.

No te olvides de tu salud bucodental en verano, cuidar de ella no es incompatible con disfrutar de esta época especial.

Maloclusión: cuándo la mordida no es funcional

Cuando hablamos de maloclusión, nos referimos a que los dientes tienen una posición anormal, afectando al encaje de las piezas inferiores y superiores y comportando una serie de disfuncionalidades.

Una alineación dental funcional implica que los dientes superiores se superpongan ligeramente a los inferiores, ajustándose correctamente los unos con los otros, de tal forma que la mordida esté bien compensada. Cuando esto no ocurre, las fuerzas al masticar se distribuyen desigualmente, pudiendo ocasionar desgaste en las piezas dentales y sobrecargas musculares, además de otros problemas.

La maloclusión es un problema de salud bucodental frecuente que puede necesitar tratamiento para su corrección, para así solucionar los síntomas vinculados a esta problemática

SÍNTOMAS VINCULADOS A LA MALOCLUSIÓN

Los problemas relacionados con la mordida descompensada pueden complicarse y agravarse si no se comienza un tratamiento para corregirla.

Los síntomas de una maloclusión incluyen:

  1. El desgaste y la erosión del esmalte de las piezas dentales a causa del choque entre ellas.
  2. Apiñamiento dental.
  3. Dificultades para morder bien como consecuencia de una mordida descompensada.
  4. Dificultades para hablar bien.
  5. Mayor presencia tanto de caries como de encías inflamadas, debido a una higiene oral deficiente causada por las dificultades que comporta una mala disposición de los dientes a la hora de ejecutar la limpieza.
  6. Respiración oral por no poder cerrar los labios.
  7. Sobrecarga en músculos maxilofaciales que a su vez puede desembocar en dolores y molestias en cuello, oídos, cabeza e incluso espalda.

CAUSAS DE LA MALOCLUSIÓN

Las causas de un encaje disfuncional de las piezas y de la mordida descompensada son variadas, además de diferentes en cada paciente.

Según la Asociación Española de Ortodoncistas (AESOR). La pérdida de piezas dentales puede ser una causa de maloclusión, ya que suele afectar al encaje y a la mordida, así como a la funcionalidad de la boca.

Otra posible causa es la agenesia, es decir, el defecto o la ausencia en la formación de piezas dentales, lo cual afecta de distintas maneras a la funcionalidad de la boca, al encaje y a la mordida. 

La maloclusión también se vincula a la genética. Se observa que hay tipos de mordidas heredadas y compartidas entre padres e hijos, relacionadas con las características bucodentales.

Otra de las causas más frecuentes es el poseer una mandíbula demasiado pequeña en comparación con el tamaño de los dientes. Esto hace que estén demasiado juntos y apiñados, dándose una mala alineación y afectando a la mordida.

Asimismo, hay ciertos hábitos que contribuyen a la maloclusión. Entre ellos se encuentran el uso del chupete de forma prolongada o la succión del dedo.

VENTAJAS DEL TRATAMIENTO CON ORTODONCIA

Un tratamiento de ortodoncia no solo responde a razones estéticas, sino que también tiene como objetivo mejorar la salud oral.

Es posible corregir la posición de los dientes mediante el uso de ortodoncia. Al corregir la posición, estos encajan de manera más funcional y se alcanza una mordida compensada, eliminando los síntomas ocasionados por la maloclusión. 

El encaje correcto de los dientes evita sobrecargas en los músculos faciales e impide que se perjudique al cartílago de la articulación que une las dos partes de la mandíbula. 

Cuando hay maloclusión hay sobrecarga en el músculo masetero, lo que desemboca en tensión tanto en el cartílago como en el trapecio. Estas tensiones pueden tratarse a partir del uso de ortodoncia.

Además, poder masticar bien favorece al proceso digestivo permitiendo liberar mejor nutrientes como la fibra, que es clave para la regulación de los niveles de azúcar en sangre.

Cuando los dientes encajan bien no se produce la erosión y el desgaste de las piezas derivado de la maloclusión, por lo tanto, tampoco la rotura o agrietamiento que tiene lugar con el choque.

Otra de las consecuencias positivas del uso de ortodoncia es la mejora de la salud de las encías. Sabemos que hay una predisposición genética para las enfermedades periodontales y que también pueden estar relacionadas con otras patologías y causas.

Sin embargo, una buena higiene bucodental es clave para unas encías sanas. Gracias a la mejor posición de las piezas dentales, se puede conseguir una limpieza de mayor calidad y por tanto mayor eliminación de la placa bacteriana.

La ortodoncia también contribuye a la disminución del riesgo de caries, precisamente por poder efectuar limpiezas bucodentales de mayor calidad.  

Los dientes y las encías saludables son determinantes para la salud oral y previenen fenómenos más graves como la pérdida de piezas.

Por último, tener una sonrisa alineada y estética también favorece a la autoestima del paciente, y por tanto a una mejor salud emocional.

En conclusión, la ortodoncia es un tratamiento aconsejado por los odontólogos para tratar la maloclusión y mejorar la salud bucodental y general de los pacientes.

 ¿Cómo influye la alimentación en la salud bucodental?

 

La alimentación juega un papel fundamental en la salud. Lo que comemos influye significativamente en el estado de nuestro sistema inmunológico, nos protege frente al desarrollo de  enfermedades, o por el contrario, favorece a que se den ciertas patologías.

Sucede lo mismo con la salud bucodental. Los nutrientes que ingerimos tienen un impacto en el estado de los dientes y las encías. Mientras una buena alimentación favorece a que se encuentren fuertes y sanos, la desnutrición se asocia a la aparición de caries, encías débiles e inflamación. Por ello es fundamental adquirir unos hábitos alimenticios que fomenten la protección contra enfermedades y contribuyan a la fortaleza de tejidos.

Está demostrado que el consumo de alimentos ricos en azúcar contribuye a la erosión y desgaste del esmalte y finalmente a la aparición de caries. Por el contrario, incluir en nuestra dieta de forma habitual alimentos ricos en vitaminas y minerales refuerza nuestras defensas y ayuda a fortalecer el tejido de dientes y encías.

Nutrientes que favorecen a la buena salud bucodental

De acuerdo con la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP), estos son los nutrientes más importantes para tener unos dientes y encías saludables y protegerlos del posible desarrollo de enfermedades y patologías como la caries o enfermedades periodontales.

 

  • Proteínas. La desnutrición se relaciona con la aparición de caries. 

 

Las proteínas se pueden encontrar en la carne, el pescado, los huevos, lácteos o legumbres.

 

  • Calcio. UntitledEste mineral es fundamental para que los dientes estén sanos. Favorece a que el diente tenga una estructura fuerte y también a su resistencia frente a la caries dental.

 

Lo podemos encontrar en el queso, las sardinas, almendras, avellanas, marisco, yogur, leche, legumbres y verduras de hoja verde, entre otros.

 

  • Fósforo. Se encarga de mantener la estructura ósea y dental, participa en su formación y también en su fortalecimiento.

 

Está presente en alta proporción en alimentos como los cereales de grano entero, pescado, carne, tofu, lentejas, guisantes, el coco o la uva pasa.

 

  • Vitamina C. Al fortalecer el tejido de las encías, previene que los dientes se aflojen y nos protege del desarrollo de enfermedades periodontales. 

 

Algunos alimentos ricos en esta vitamina son los pimientos rojos y verdes, la naranja, el kiwi, los tomates o las espinacas.

 

  • Vitamina K. Está estrechamente vinculada con la formación de los huesos. Afecta a la mineralización de los dientes y evita que las encías sangren.

 

Se encuentra en hortalizas de hoja verde, aceites vegetales, tofu, huevos, carne o queso, entre otros. 

  • Riboflavina. Evita que se produzca inflamación en la lengua o que se agrieten los labios. También previene las úlceras bucales.

Presente en los huevos, carnes magras, hongos, frutos secos o vegetales de hoja verde.

 

  • Vitamina A. Ayuda a que las membranas de las mucosas estén sanas y a la producción de saliva. Su déficit se asocia a la sequedad de las mucosas y a la predisposición a desarrollar infecciones.

 

Está en una proporción elevada en las zanahorias, las espinacas, los grelos y nabizas o el boniato.

Una alimentación equilibrada rica en frutas y verduras, proteínas de calidad y cereales, es clave para mantener una buena salud, que también se verá reflejada en el estado de dientes y encías.

Tener una nutrición adecuada influye positivamente en la fortaleza de los dientes y en la resistencia ante ataques bacterianos, el estado de las encías y, en definitiva, contribuye a la buena salud bucodental.

 

Cepillos interdentales: funciones y cómo elegir el correcto

Como ya hemos explicado en diferentes ocasiones, para mantener una higiene bucodental adecuada es necesario cepillarse los dientes, al menos, 3 veces al día. Además de tener un buen cepillado, también es necesario complementar dicha limpieza con los cepillos interdentales.

Generalmente, durante el cepillado, hay espacios a los que no podemos llegar con un cepillo de dientes normal, de ahí que sea necesario complementar el cepillado con un cepillo interdental.

¿Cómo saber qué cepillo interdental utilizar?

Si te has lanzado a adquirir uno, probablemente hayas visto que existen diferentes tipos de cepillos interdentales. El diámetro, el grosor y el tamaño de los espacios, ¡todo cambia!
Según la SEDA, existen dos tipos de cepillos interdentales: de forma recta o acodados. Además de esto, también los hay con diferentes tamaños, filamentos, grosor… Es muy importante consultar a un especialista, ya que un cepillo interdental que tenga un grosor inferior a lo que necesitas no podría eliminar los restos de comida entre los dientes, y por lo tanto, no podría cumplir su función.

¿Cómo debo usarlo?

Si tienes dudas sobre cómo usar tu cepillo interdental, ¡tranquilo/a! Tu odontólogo o higienista de confianza te lo explicará encantado. a términos generales se emplea de la siguiente manera:

  1. Pasa el cepillo interdental por los espacios entre tus dientes. Presta especial atención a esta parte si tienes implantes dentales o brackets.
  2. No fuerces. No empujes con fuerza el cepillo dental. Si no te entra con facilidad es que necesitas uno de menor grosor.
  3. Movimientos horizontales de fuera hacia adentro. No lo muevas de arriba abajo cómo moverías tu cepillo de dientes normal.
  4. No hay que utilizarlo junto a ningún dentífrico.
  5. Una vez terminada la limpieza interproximal, es importante que limpies bien el cepillo, con tus dedos y agua a presión. Después, guárdalo bien en un sitio limpio para que se seque.
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