Archivos mensuales: julio 2013

Salvemos la Odontología por Mar Fernández

Hace un par de meses se creó esta página en Facebook. Todo comenzó por la orla de la ultima promoción de una universidad privada, donde aparecen 400…¿odontólogos? ¿futuros parados o explotados?. He perdido la cuenta de todas las facultades que hay. ¿Eran necesarias? ¿Y tantos alumnos por curso?

Esta página comenzó con un clamor general por los números clausus, algo evidentemente necesario desde hace tiempo y que inexplicablemente no llega. Los compañeros que trabajan en el extranjero, nos comentan que se empieza a poner en duda la formación de nuestros odontólogos, y publican en el muro artículos donde se critica la gran cantidad de licenciados que salen cada año en nuestro país. Es fácil de entender que en una clase de 400 ¿Cuantos tallados, endodoncias y extracciones habrá hecho cada uno? ¿Nadie regula esos planes de estudio?

 

El exceso de plazas universitarias, un lucrativo negocio para unos pocos…y otra burbuja que nos va a explotar.

Los intermediarios. Otra lacra que tenemos que soportar. Seguros, franquicias….Qué decir que no se haya dicho ya. Los recién licenciados con poca experiencia y difícil panorama laboral acaban trabajando para ellos. Aceptando contratos abusivos. Pronto la mayoría seremos mileuristas a sueldo de estas empresas. Mientras los avances tecnológicos y la especialización nos permite dar unas soluciones fantásticas tanto a nivel funcional como estético a nuestros pacientes… Cada vez veo más ofertas de productos cutres y tratamientos de dudosa calidad/ética, todo por ser el más barato, el más rentable. Los gestores de estas empresas sólo entienden de rentabilidad, no les hables de las necesidades del paciente, del tratamiento más fiable y duradero, menos molesto y con menos complicaciones, … eso a ellos no les preocupa.

El intrusismo. Es alucinante el descaro de algunas personas. Triste la lentitud de nuestra justicia. Y desesperante lo barato que les sale, con lo que vuelven a reincidir pues han rentabilizado de largo el engaño. ¿Conseguiremos que se endurezcan las penas?

Y lo más preocupante de todo: La deslealtad. ¿Qué está pasando? Es triste ver cómo cada vez más “compañeros” (por decir algo) tiran los precios por los suelos intentando captar pacientes. Desprestigiando su trabajo y el de los demás dentistas.

Un  buen trabajo, realizado por un profesional cualificado, con unos materiales de calidad y en unas condiciones de higiene y esterilidad adecuados, tiene un precio.

En estos tiempos difíciles, hay compañeros que han apostado por la calidad y honestidad a pesar de que han visto que con ello sus beneficios disminuían. Me quito el sombrero ante ellos y desde aquí les felicito por su tesón y buenhacer. Les animo a seguir así. Sé por experiencia que a veces es complicado, pero la satisfacción interior de estar haciendo las cosas bien, queda,  y nos da energías para seguir sonriendo y luchando.

Otros compañeros se han decidido por la publicidad masiva (es evidente que lo del boca a boca no les funciona, o que han apostado por un modelo de clínica donde necesitan más de lo que dan).

Y algunos …,  por ponerse  a la altura de las franquicias y seguros que sabemos que usan la política del engaño. Daña a quien lo hace, pero también nos desprestigia a todos. En una época de crisis donde al paciente le cuesta gastarse el dinero, deberíamos ofrecer buenos tratamientos, duraderos y fiables por los que merezca la pena pagar. Y no jugar al engaño de «te doy esto gratis, y te coloco esto que me cuesta poco porque es de mala calidad pero tú no lo sabes y del margen que me queda me cobro las dos cosas».  ¿Donde se ha visto que la gente acuda con un cupón de descuento al ginecólogo/oftalmólogo/pediatra? Los últimos que he visto venían en la bolsa del pan. ¿Ese es nuestro lugar? Cuponcitos de descuento recortables… Las clínicas parecen cada vez más un zoco donde te regatean los presupuestos y el paciente quiere decidir lo que necesita y lo que no. Me molesta mucho la situación, pero tengo claro que los pacientes hacen lo que ven. Si ven posibilidades de descuentos del 90% ¿No es normal que estén confusos?

Así que ¿De quién tenemos que salvar la odontología? Necesitamos un cambio de rumbo, escuchar menos a los publicistas y gestores que hemos incorporado a nuestra plantilla. Y comportarnos como profesionales de la salud. La elección del profesional debe ser un acto de confianza y respeto. Por tanto, busquemos la excelencia, preocupémonos por dar al paciente la mejor solución a su problema, seamos buenos profesionales y respetémonos.

Hemos de alejarnos del mercadeo y la carrera del más barato pues eso nos llevará a la miseria profesional.

Debemos valorar nuestro trabajo y el de nuestros empleados y colaboradores. De esa forma también lo valorarán nuestros pacientes.

Y finalmente, debemos retomar las batallas perdidas y unirnos para volverlas a luchar. Ahora somos muchos más y la situación ha cambiado. Presionemos a las personas con competencias para pedir y legislar, para  que  frenen este despropósito. El prestigio de nuestra profesión está por los suelos. La salud bucal de la población lo está sufriendo ya.

Mar Fernández es vocal de la Junta de Gobierno del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia (ICOEV).

La doble crisis por Enrique Llobell

Acabo de leer un artículo en el que la Villa y Corte se hacen eco del problema que venimos sufriendo los odontólogos de provincias en toda España. Lo que está sucediendo en casi todas las profesiones es realmente lamentable, y un problema debido no sólo a la crisis si no a la falta de previsión. Los odontólogos, como he dicho en numerosas ocasiones, sufrimos la doble crisis, la general y la nuestra particular debida al increíble exceso de facultades de odontología, exceso abanderado lamentablemente por Valencia con cuatro facultades, la pública, el CEU, la Católica y la Europea de Madrid. Con casi 400 odontólogos nuevos cada año y sin posibilidades de trabajo para ninguno de ellos, sólo podemos presumir de ser los que más odontólogos exportamos, ya que somos los que mayor número de parados tenemos de toda España. No me alegro de que Madrid empiece a sufrir este problema, pero si que me alegro de que por fin se publique en un diario de tirada nacional, y de que el Consejo General de Odontólogos y Estomatólogos de España del que dependemos todos, haya creado en febrero una Comisión que se ha dirigido al Ministerio para solicitar el llamado “numerus clausus”, es decir la limitación del acceso a las facultades de odontología de toda España, y principalmente de las de Valencia.

Esto no es nuevo, ya había sido solicitado anteriormente por Sociedades Científicas como la de La Historia de la Odontología y por colegios profesionales de provincias como Las Palmas, Euskadi o Valencia.

Recuerdo la sentada de madres en la facultad de medicina y odontología de Valencia, en 1971, solicitando que no se pusiese el numerus clausus, que todos tenían derecho a hacer medicina si tenían vocación. Somos un país de derechos y vocaciones, y por eso nos encontramos en 1980 con más de veinte mil médicos que ocuparon plazas de oficinistas, albañiles, constructores, y hasta un compañero mío ya jubilado pasó su vida de médico vaciando contenedores en un camión de basura por un sueldo muy superior al de un adjunto de hospital. En odontología pasará igual, porque ya hemos llegado tarde. Nuestros gobernantes dijeron que ganábamos mucho, y con la excusa de la mejora de la asistencia al ciudadano, decidieron que debían salir más odontólogos en España que en el resto de Europa. Los españoles vamos a tener la boca más sana de toda la Comunidad Europea, debió ser el slogan. Sin embargo, la realidad es diferente.

Ni tenemos la boca más limpia ni la mejor calidad en la asistencia. Pero si que tenemos los sueldos más bajos, puedes encontrar un odontólogo por 600€ al mes, y somos campeones en franquicias, extraños seguros dentales, intrusismo y paro. Y no hablemos de la picaresca, los falsos especialistas, etc, todo ello adobado por la permisividad de unas campañas publicitarias denigrantes y engañosas. Si actualmente sobran en España 12.000 odontólogos de los 28.000 colegiados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la previsión para el año 2020 es que sobren 24.000. Tiempo al tiempo, y mientras tanto, los lunes, al sol.

 

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