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El apasionante futuro de la tecnología en nuestra profesión

¡Cómo ha cambiado nuestra profesión en los últimos 20 años! Recuerdo en mis cursos finales de la carrera, que todo era más sencillo, por no decir “rudimentario”. En aquel tiempo, las radiografías era convencionales, teníamos que verlas en un negatoscopio, y cuando pedíamos un TAC, el paciente se tenía que dejar medio sueldo para traernos la prueba de un hospital…

Hoy en día, podemos disponer de CBCT en la consulta con una resolución que nos permite ver fracturas y fisuras dentales. Pero, juguemos a ser Julio Verne: ¿Cómo serán las clínicas y en general el cuidado de la salud buco-dental dentro de 20 años? Estas pueden ser algunas pinceladas de lo que nos depara el futuro:

Cepillo de dientes inteligente: son varias las marcas de cepillos que ya disponen de un modelo con Bluetooth para poder controlar el tiempo de cepillado de cada uno de los dientes y si estamos presionando de más o de menos. Nos recuerdan cuando nos hemos de cepillar y si vamos mejorando en nuestras habilidades. En un futuro, el mismo cepillo o una cámara intraoral podría hacer un diagnóstico precoz de caries y pedirnos cita en nuestra consulta de forma autónoma en caso de detectar alguna.

Realidad aumentada y realidad virtual: Al igual que los simuladores en aviación para formar a nuevos pilotos, existen ya simuladores virtuales para formar a nuevos estudiantes y profesionales de la odontología. Éste simulador se llama DentSim y ya está disponible. La puesta a punto con gafas de realidad virtual y guantes como por ejemplo, Dexmo, que consta de un exoesqueleto para poder sentir en tiempo real todo lo que vemos en las gafas, son ya una realidad, pero mejorarán sustancialmente en los próximos años.

Tele asistencia Dental: Ya existen en Estados Unidos empresas como MouthWatch. Su servicio TeleDent permite capturar imágenes, notas clínicas, códigos de facturación y enviar esa información a un dentista situado a distancia, por ejemplo para un paciente que no se pueda desplazar con facilidad a una consulta (discapacitados, ancianos, hospitalizados, etc). También se puede hacer una consulta en vivo. El dentista puede iniciar una videoconferencia con el paciente y el cuidador para que el profesional pueda realmente ver y hablar con el paciente, y si fuera necesario citarlo en la consulta.

Regeneración dental: En abril de 2016, cientificos de la universidad de Harvard y de la de Nottingham presentaron un material de obturación que estimulaba las células madre y de esa forma el diente podía estimular el crecimiento de la dentina para “auto-repararse”. Los sustitutos bioactivos de dentina están cambiando la forma de tratar la caries, y esto es sólo el principio. Los avances en prevención serán notorios en las próximas décadas.

Digitalización del trabajo en la consulta: Cámaras y escáneres intraorales, DSD, superposición con imágenes de CBCT, diseño y confección de coronas provisionales, férulas quirúrgicas, férulas de relajación, coronas definitivas, son ya una realidad en las consultas y en los laboratorios de prótesis. En unos pocos años llegaremos a ver desaparecer el alginato o las siliconas, al igual que ya ha desaparecido la amalgama de plata. Es sólo cuestión de tiempo. Posiblemente, en un futuro, podremos hacer una predicción del crecimiento facial mediante imágenes radiológicas y un software.

Materiales a la carta: Podremos pedir brackets, implantes, limas de endodoncia totalmente customizados para un paciente concreto, lo que nos permitirá llevar a cabo tratamientos más rápidos y con un éxito mayor.

Análisis genéticos e ingeniería genética: Sabremos si una alteración genética produce una patología y llegaremos a modificar el genoma para corregir ese defecto. Incluso podríamos llegar a cultivar dientes in vitro a partir de células madre e implantarlos en un paciente. Sin embargo, no será tan fácil como obtener un riñón o un hígado, ya que dientes hay 32 y de formas muy diversas entre sí, aún siendo de la misma persona. Sinceramente, dudo que llegue a ver este último avance.

En cualquier caso, la tecnología avanza a una velocidad extraordinaria y nuestro deber ha sido, es y será siempre ofrecer el mejor tratamiento posible a cada unos de nuestros pacientes.

Los dibujos dentales animados que ayudan a transmitir confianza en los dentistas

El miedo es uno de los principales motivos de no acudir al dentista en los mayores. Para evitarlo en los más pequeños y no proyectar malas sensaciones en ellos, debemos, además de visitar al odontólogo desde el primer año de vida, mostrarles imágenes positivas que ayuden a relativizar la visita al dentista. Encontramos grandes aliados y detractores en los dibujos animados y en la forma que tienen de transmitirlo.

La Doctora Juguetes

Otro buen ejemplo de cómo se debe trasladar a los niños las bondades de ser cuidadoso con la salud bucodental lo encontramos en varios capítulos de la Doctora Juguetes. Al igual que en el episodio de Caillou, en uno de ellos se utiliza a un dinosaurio (que es un muñeco para que sea el paciente), pero en este caso el dentista es la propia doctora juguetas. Y en otro repara la rotura de un diente de un tiburón y transmite que este tipo de intervenciones son necesarias y no producen dolor.

Caillou va al dentista.

En un episodio de Caillou, se nos muestra una situación muy común que es darse miedo entre niños diciendo lo mal que se pasa o lo que han oído a los mayores (que solemos trasladar, al igual que en otros tipo de doctores, una mala sensación sin darnos cuenta). El niño acude al dentista y en él desmitifica lo malo ofreciendo el profesional consejos o ideas para que el pequeño vea que no pasa nada y que va a encontrar momentos divertidos y sin dolor cuando vaya al odontólogo.

dibujos dentales

Peppa Pig

Cada mañana Pepa y George se cepillan los dientes. Y el capítulo narra la primera vez que el pequeño George va al dentista. Siendo un bebé debe acudir a realizar la primera visita. Es una forma de considerar necesario y muy divertido acudir al odontólogo. Pepa le cuenta a su hermano qué hace y le provoca para que le imite a ella, enjuagándose con flúor. Además, también se tratan las consecuencias de la mala higiena bucal a través del múñeco del pequeño que ve como el dentista se molesta con su dinosaurio porque tiene los dientes muy sucios.

 

Los Picapiedra

Pablo y Pedro acuden al dentista de dinosaurios para que saque una muela a Pablo. Pedro asegura que a Dino (su dinosaurio) le sacaron un diente muy bien. En este caso, iguala a un veterinario a un dentista, ejemplo negativo a todas luces, pero con el que se pretende mandar un mensaje de tranquilidad y de confianza a los más pequeños ya que transmite que la visita odontológica es necesaria, nada traumática e indolora, y esta última es una connotación positiva.

 

Érase una vez la vida

Hace ya algunos años, en la serie Érase una vez la vida disfrutábamos y aprendiamos con los personajes que nos acompañaron en nuestra niñez en esta mítica serie. En uno de sus capítulos se hace referencia a la Odontología y nos trasladaban cómo el azúcar hacía mella en los dientes… cómo se formaban las caries y aconsejaban de forma correcta cómo y cada cuánto un niño debía lavarse los dientes. Tener hábitos saludables no es difícil si conseguimos crearlos desde los que son más pequeños. Acudir al odontólogo no debe ser una causa de preocupación para los niños y sí una visita necesaria ya antes del primer año.

¿Por qué cada vez hay más clínicas dentales?

Cualquier ciudadano de a pie tiene la percepción de que cada vez hay más clínicas dentales. Sin duda dicha percepción es real pero con matices.

Es cierto que ha habido un muy importante número de aperturas de clínicas cuyos impulsores han sido empresarios pequeños y medianos así como grandes empresas. Sin embargo también hay que tener en cuenta los traslados de algunas clínicas tradicionales.  Muchas de estas consultas, que hasta ahora estaban ubicadas en pisos, han decidido mudarse a bajos comerciales ya sea para  ampliar sus instalaciones o para mejorar su visibilidad y poder optar a tener nuevos pacientes.

Al mismo tiempo tampoco debemos olvidar otra vía como el cooperativismo dental. Es decir varios profesionales con distintas dedicaciones odontológicas que deciden unirse para crear una nueva clínica si bien es cierto que proporcionalmente el número no es muy destacable en comparación con los anteriores casos citados.

Siete consejos para salvaguardar la salud bucal de los niños en vacaciones

Mantener la sonrisa intacta en un niño debe ser primordial para sus progenitores y para ello es imprescindible una buena salud bucodental  durante todo el año. Sin embargo en épocas como las vacaciones conviene estar alerta ya que el cambio de horarios y la pérdida de hábitos puede acabar siendo perjudicial para los dientes de los más pequeños.

El diente es la única parte del cuerpo humano que no se regenera por sí misma. Por ello, además de la detección precoz de cualquier infección, el cuidado de los dientes es muy necesario. En los más pequeños, prevenir la caries  es el objetivo principal ya que es la enfermedad crónica infantil más común.

En la actualidad, y según los datos de la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP), uno de cada cinco niños (de dos a cuatro años de edad) tienen caries que no han sido tratadas ¿Qué podemos hacer para evitarlas? ¿Qué pautas debemos seguir durante las vacaciones?

Y ahora, ¿qué hago? por Carlos Labaig

Esa es la pregunta que muchos jóvenes odontólogos recién graduados hacen cuando vienen a nuestro Colegio. Esta pregunta no se la planteaban, hace unos años, los licenciados al terminar, porque al ser ésta una profesión eminentemente clínica la decisión era simple: abrir una clínica privada. La existencia de pacientes demandando tratamientos y la financiación del montaje de la consulta hacían de ésta una salida viable. Solo algunos “frikis” (como se diría ahora) combinábamos la clínica con la Escuela de Estomatología actual Facultad de Medicina y Odontología para colaborar en alguna signatura y no perder el contacto con los compañeros huyendo del aislamiento de la consulta privada.

Las circunstancias han cambiado, la plétora del número de profesionales que se gradúan en las distintas facultades públicas y privadas, la masiva irrupción de  clínicas franquiciadas, seguros dentales y la reducción de demanda de tratamientos por la disminución de las posibilidades económicas de muchos pacientes hacen que los planteamientos sean distintos. Además de la necesidad  de los recién egresados de completar su formación.

Unos cuantos, los menos, solos o asociados se atreven a abrir nuevas consultas privadas en Valencia capital o en algún pueblo. Otros, apremiados por las necesidades económicas intentan la odisea de trabajar en clínicas franquiciadas con sueldos ínfimos y muchas horas, además de tener que “romper mano” de manera autodidacta.

Un grupo más valiente inicia su andadura en el extranjero (Inglaterra, Francia…) con el hándicap del idioma y de la experiencia clínica, vía cada vez más difícil porque estos mercados están también saturados.

Por todo ello, y ahora… ¿qué hago? De entrada una  opción razonable, es la de  continuar formándose por la vía universitaria junto a los cursos nacionales auspiciados por las sociedades científicas y colegios profesionales. En Valencia, tenemos la gran suerte de contar con un Centro de Estudios Odonto-Estomatológicos (www.centroestudiosoe.com)  donde se ofrecen conferencias y cursos de alto nivel y que además están acreditados por el EVES.

Todas las facultades ofrecen, actualmente, masters profesionalizantes (títulos propios)  abarcando todas las especialidades de la Odontología, y que con duración entre 1 y 3 años son un buen complemento a la formación básica de la carrera y de preparación antes de entrar en el difícil y competitivo mundo laboral.

También sería deseable que aumentasen el número de plazas en centros asistenciales  del Servicio Nacional de Salud.

Aquellos que piensan  en la vida universitaria como profesores, deben saber que el título de Licenciado o Graduado en Odontología, según reciente decreto, tienen adquiridas las competencias del nivel de máster. Para acceder al Programa de Doctorado y como requisito previo, deber cursar unos complementos de formación en forma de créditos transversales y específicos (artículos científicos, actividades en congresos, estancias en otras universidades, etc.). Estos complementos pueden convalidarse cursando el Master Oficial de Ciencias Odontológicas con 60 créditos que se puede realizar en un año a tiempo completo o en dos a tiempo parcial.

Existe, en la Universitat de València, un portal de orientación profesional (www.fundacio.es/opal/) que ofrece herramientas y técnicas de búsqueda de empleo, situación del mercado laboral,  salidas profesionales para las diferentes titulaciones, etc.

Desde el Colegio, creo que a nadie pasa desapercibida la labor que está llevando a cabo el Dr. D. Enrique Llobell y su Junta, entre lo que destaca la creación de la cuota cero de colegiación para los Odontólogos en paro y todos los medios legales y de información para luchar contra el intrusismo, publicidad engañosa y práctica fraudulenta y explotadora de la profesión. La educación y concienciación de los jóvenes Odontólogos para no entrar en estas dinámicas, ayudará a la dignificación de esta profesión y a la postre revertiría en más puestos de trabajo.

* Carlos Labaig es vocal de la Junta de Gobierno del ICOEV.

Publicidad y otros asuntos de actualidad colegial por Enrique Llobell

En  diciembre, os hablé de publicidad ilegal, por falsa o engañosa. Os decía que de acuerdo con la nueva ley de productos sanitarios 10/2013, artículo 78-apartado 6, “no podrán ser objeto de publicidad destinada al público los productos sanitarios que estén destinados a ser utilizados o aplicados exclusivamente por profesionales sanitarios”. Desde entonces, y aunque los resultados no han sido rápidos como sería deseable, ya hemos logrado la retirada y reformulación de un relevante número de anuncios. Terminaba diciendo “ya veremos que inventan”….
Pues bien, ya han inventado. Están utilizando un sistema de publicidad engañosa, que ya dirán los jueces si es falsa o si es una estafa. Consiste en anunciar un producto por seis veces menos de lo que finalmente van a cobrar.
La primera consecuencia es que el ciudadano, que ya nos ve caros porque está acostumbrado a la sanidad gratuita, ahora, además, nos ve como timadores. Las denuncias están puestas, pero ya sabemos que la peor injusticia es una justicia lenta, y la nuestra no es que sea muy rápida.
Por cierto, que acabamos de ganar a Vitaldent el juicio sobre la campaña “haz las paces con tu dentista”. Juicio que ha llevado el Consejo General pero que no olvidemos que se inició a instancias del Colegio de Valencia y luego nos retiramos para que lo llevase el Consejo por tratarse de un asunto de competencia nacional. La sentencia está recurrida.
Para combatir este nuevo sistema de publicidad de venta a trozos que ofrecen esos comerciantes,vamos a destinar una parte importante de dinero a una campaña de contrapublicidad, que comenzaremos en septiembre. Antes de iniciarla realizaremos un documento explicativo que podréis poner vuestras salas de espera y entregar a vuestros pacientes para que lo difundan.
Con los intrusos tenemos una pelea parecida. Últimamente pedimos al juzgado medidas cautelares contra Molaris Dental, y el juzgado nos contestó que no, que cuando se celebre el juicio ya veremos. Es decir, yo mañana me cuelo en el juzgado y me pongo a celebrar juicios y a poner sentencias y cuando vengan a tirarme, les diré que “ya se verá en el juicio dentro de dos años”. Y mientras, a ejercer de juez. Pero no lo hemos dejado ahí, también solicitamos su cierre a Sanidad pero seguimos a la espera.
En la revista colegial de este mes de julio publicamos unas interesantes estadísticas de la Universidad de Valencia. En relación con ellas y según el último informe del Consejo General, seguimos siendo el Colegio profesional con mayor paro de toda España, triplicando el índice del siguiente. Nos queda el consuelo de pensar que somos los primeros en todo, en lo bueno, y en lo malo.
También aprovecho para recordaros otros asuntos tratados en la Asamblea General Ordinaria del ICOEV, como la decisión de prorrogar un año más el pago de la cuota del Consejo por parte del Colegio, 140.000 euros que no repercutimos en vosotros.
Además cabe reseñar el cambio de presidencia en el Consejo General, con el indiscutible triunfo del Dr. Óscar Castro Reino, presidente del Colegio de Murcia.
Mucho más divertidos, han sido los actos del Centro de Estudios, como la reunión de Alicante y el acto de clausura.

Un saludo a todos/as

 

Enrique Llobell

Presidente

Publicidad ilegal e intrusismo profesional por Enrique Llobell

Parece que se haya acabado la odontología como profesión sanitaria, con tanto mercantilismo y muchos de nosotros no estamos dispuestos a perder la batalla. Sobre todo si nos sentimos apoyados por los jóvenes profesionales.

Es cierto que tenemos muchas cosas en contra. Tenemos en contra a la Comisión Nacional de la Competencia, una de nuestras mayores desgracias, que autorizan visitas y tratamientos gratuitos y por debajo de coste, destruyendo la calidad asistencial porque lo que menos les importa es la salud del paciente.

También tenemos en contra estas nuevas mercantiles que aparecen en nuestra profesión llamándose a sí mismas aseguradoras, cuando no aseguran nada, montan sus clínicas entre calcetines de grandes almacenes o entre hamburgueserías, qué más da, y confunden a sus asegurados, ya que éstos creen que se les asegura su boca, cuando lo único que hacen es derivarlos hacia una consulta dental propia en la que tendrán que abonar un precio por su tratamiento, muchas veces superior al de su dentista habitual.

Por supuesto tenemos en contra a las franquicias que realizan publicidad engañosa, vendiendo el bolso a trozos como ya hemos dicho, aprovechándose además de la “especial” normativa española.

También tenemos en contra al Gobierno, que ha hecho oídos sordos a nuestras quejas, creando facultades innecesarias y masificando la profesión en contra de la Organización Mundial de la Salud.

Por último, entre otros enemigos, también tenemos a los intrusos. Tenemos en la ciudad consultas abiertas por protésicos dentales que trabajan directamente en la boca de los pacientes, y que obtienen prescripciones de “compañeros” odontólogos para realizar las prótesis que directamente colocan. Otros “compañeros”, dejan en su consulta a los protésicos trabajando sobre sus pacientes mientras se van de compras, al cine o de viaje, o simplemente van sólo a recoger la caja.

Sin embargo la profesión de protésico dental es igual de digna que la nuestra, como la de enfermero es igual que la de médico, y pienso que es su colegio profesional quien debería perseguir a los malos, como nosotros perseguimos a nuestros malos, que en todas las profesiones ‘cuecen habas’. Mi abuelo fue protésico antes que odontólogo y tuvo dos hijos, uno se hizo protésico y el otro estomatólogo. El protésico de mi abuelo era Francisco Gascón,  padre de mi amigo estomatólogo tristemente fallecido Francisco Gascón Mayordomo, y mi padre es el padrino de su hermana. Quiero decir que muchas familias valencianas de odontólogos tienen sus raíces en los protésicos dentales, como los Monlleó, los Martínez Miñana, o nosotros, y mantenemos una gran relación de amistad con nuestros protésicos, en muchas ocasiones nuestra familia. Mi protésico Luis Maravall es un gran amigo a quien quiero y respeto, que ha pasado su vida trabajando jornadas larguísimas, incluyendo muchos sábados y algunos domingos. Los protésicos dignos y honrados forman parte de nuestra gran familia, como la forman las higienistas dentales y las auxiliares de clínica, y todos debemos velar porque la unión protésico-odontólogo se mantenga siempre con amistad, armonía e igualdad dentro de la ley. Seguiremos luchando porque nuestra profesión siga siendo una profesión sanitaria.

 

Salvemos la Odontología por Mar Fernández

Hace un par de meses se creó esta página en Facebook. Todo comenzó por la orla de la ultima promoción de una universidad privada, donde aparecen 400…¿odontólogos? ¿futuros parados o explotados?. He perdido la cuenta de todas las facultades que hay. ¿Eran necesarias? ¿Y tantos alumnos por curso?

Esta página comenzó con un clamor general por los números clausus, algo evidentemente necesario desde hace tiempo y que inexplicablemente no llega. Los compañeros que trabajan en el extranjero, nos comentan que se empieza a poner en duda la formación de nuestros odontólogos, y publican en el muro artículos donde se critica la gran cantidad de licenciados que salen cada año en nuestro país. Es fácil de entender que en una clase de 400 ¿Cuantos tallados, endodoncias y extracciones habrá hecho cada uno? ¿Nadie regula esos planes de estudio?

 

El exceso de plazas universitarias, un lucrativo negocio para unos pocos…y otra burbuja que nos va a explotar.

Los intermediarios. Otra lacra que tenemos que soportar. Seguros, franquicias….Qué decir que no se haya dicho ya. Los recién licenciados con poca experiencia y difícil panorama laboral acaban trabajando para ellos. Aceptando contratos abusivos. Pronto la mayoría seremos mileuristas a sueldo de estas empresas. Mientras los avances tecnológicos y la especialización nos permite dar unas soluciones fantásticas tanto a nivel funcional como estético a nuestros pacientes… Cada vez veo más ofertas de productos cutres y tratamientos de dudosa calidad/ética, todo por ser el más barato, el más rentable. Los gestores de estas empresas sólo entienden de rentabilidad, no les hables de las necesidades del paciente, del tratamiento más fiable y duradero, menos molesto y con menos complicaciones, … eso a ellos no les preocupa.

El intrusismo. Es alucinante el descaro de algunas personas. Triste la lentitud de nuestra justicia. Y desesperante lo barato que les sale, con lo que vuelven a reincidir pues han rentabilizado de largo el engaño. ¿Conseguiremos que se endurezcan las penas?

Y lo más preocupante de todo: La deslealtad. ¿Qué está pasando? Es triste ver cómo cada vez más “compañeros” (por decir algo) tiran los precios por los suelos intentando captar pacientes. Desprestigiando su trabajo y el de los demás dentistas.

Un  buen trabajo, realizado por un profesional cualificado, con unos materiales de calidad y en unas condiciones de higiene y esterilidad adecuados, tiene un precio.

En estos tiempos difíciles, hay compañeros que han apostado por la calidad y honestidad a pesar de que han visto que con ello sus beneficios disminuían. Me quito el sombrero ante ellos y desde aquí les felicito por su tesón y buenhacer. Les animo a seguir así. Sé por experiencia que a veces es complicado, pero la satisfacción interior de estar haciendo las cosas bien, queda,  y nos da energías para seguir sonriendo y luchando.

Otros compañeros se han decidido por la publicidad masiva (es evidente que lo del boca a boca no les funciona, o que han apostado por un modelo de clínica donde necesitan más de lo que dan).

Y algunos …,  por ponerse  a la altura de las franquicias y seguros que sabemos que usan la política del engaño. Daña a quien lo hace, pero también nos desprestigia a todos. En una época de crisis donde al paciente le cuesta gastarse el dinero, deberíamos ofrecer buenos tratamientos, duraderos y fiables por los que merezca la pena pagar. Y no jugar al engaño de «te doy esto gratis, y te coloco esto que me cuesta poco porque es de mala calidad pero tú no lo sabes y del margen que me queda me cobro las dos cosas».  ¿Donde se ha visto que la gente acuda con un cupón de descuento al ginecólogo/oftalmólogo/pediatra? Los últimos que he visto venían en la bolsa del pan. ¿Ese es nuestro lugar? Cuponcitos de descuento recortables… Las clínicas parecen cada vez más un zoco donde te regatean los presupuestos y el paciente quiere decidir lo que necesita y lo que no. Me molesta mucho la situación, pero tengo claro que los pacientes hacen lo que ven. Si ven posibilidades de descuentos del 90% ¿No es normal que estén confusos?

Así que ¿De quién tenemos que salvar la odontología? Necesitamos un cambio de rumbo, escuchar menos a los publicistas y gestores que hemos incorporado a nuestra plantilla. Y comportarnos como profesionales de la salud. La elección del profesional debe ser un acto de confianza y respeto. Por tanto, busquemos la excelencia, preocupémonos por dar al paciente la mejor solución a su problema, seamos buenos profesionales y respetémonos.

Hemos de alejarnos del mercadeo y la carrera del más barato pues eso nos llevará a la miseria profesional.

Debemos valorar nuestro trabajo y el de nuestros empleados y colaboradores. De esa forma también lo valorarán nuestros pacientes.

Y finalmente, debemos retomar las batallas perdidas y unirnos para volverlas a luchar. Ahora somos muchos más y la situación ha cambiado. Presionemos a las personas con competencias para pedir y legislar, para  que  frenen este despropósito. El prestigio de nuestra profesión está por los suelos. La salud bucal de la población lo está sufriendo ya.

Mar Fernández es vocal de la Junta de Gobierno del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia (ICOEV).

El peligro de convertir la salud en un negocio de inversores

Recientemente leíamos en la prensa que la multinacional Vitaldent ha logrado más de 34 millones de euros de beneficios (un 15% más) el pasado año y que prosigue su expansión en Italia  y Polonia con la apertura de nuevos centros. Sin duda se trata de una buena noticia pero ¿para quien? La respuesta se antoja obvia, sus inversores son los verdaderos beneficiados de esta noticia. Y es que en este caso la relación salud-negocio es más que clara. Este modelo de negocio-salud-inversor no solo es aplicable a esta conocida multinacional sino también a los seguros que en los últimos años han acelerado sus procesos de crecimiento.

En ningún momento ocultan su objetivo que no es otro que hacer negocio, expandir su presencia y ante todo lograr cada vez más beneficios. Una visión muy alejada y de difícil casamiento con los objetivos de la medicina y la preocupación por la salud de los pacientes.

La lógica manda y cuando alguien antepone la obtención de rentas y beneficios para sus inversores es obvio que por algún lugar hay que recortar y precisamente estos recortes deben proceder de algún sitio. Las numerososas quejas de pacientes y profesionales sobre sus métodos y sobre todo la lógica nos hace pensar que la maximización de estos beneficios puede ser a costa de la seguridad de los pacientes y de la estabilidad laboral profesionales de la Odontología.

¿Cómo se pueden lograr estos beneficios? Con bajadas de precios, múltiples ofertas, gratuidades y publicidad. ¿Y cómo se logra obtener beneficios a pesar de hacer una gran inversión en publicidad y ofrecen bajadas de precios y múltiples prestaciones gratis? Pues bien la razón nos indica que sólo hay un camino: reduciendo costes de producción. Y ‘el ABC’ de las multinacionales y el sentido común indica que ese camino pasa por bajar la calidad de los materiales utilizados y reducir al máximo los salarios de los profesionales vinculándolos a producción. Es decir que cobran más cuantos más tratamientos prescriban y realicen.

Ello establece una relación negocio-salud que resulta perversa ya que va en contra de los principios de la medicina. Unos principios, los defendidos por este colegio profesional y sus colegiados ya que lo primero es la salud de los pacientes y el camino para llegar a ella pasa por la profesionalidad y la preponderancia del criterio médico frente a valores puramente comerciales propios de otros sectores no sanitarios. Unos valores los de la medicina tradicional que son los que defienden los profesionales de a pie, los dentistas con referencias, los de consulta propia de toda la vida o los que con mucho esfuerzo la han montado en los últimos años. En definitiva, los que luchan para salvaguardar su clínica frente a esta competencia en desigualdad de condiciones y se preocupan realmente por la salud de sus pacientes.

La contraposición de conceptos es clara: servicio médico de salud con criterio clínico (medicina tradicional) y por el que se obtiene unas compensaciones económicas frente a una salud vista como un negocio gestionado por multinacionales o aseguradoras que a su vez están dirigidas por meros gestores o economistas cuyo único objetivo es satisfacer el deseo de enriquecimiento de sus inversores.

Por ello, la pregunta a la ciudadanía es clara en una cuestión tan vital como la salud: ¿En manos de quién pondrías tu boca?, ¿En firmas que buscan beneficios sin tapujos y a toda costa? o ¿en las del profesional que defiende los valores de la medicina?.

¿EN MANOS DE QUIEN PONDRÍAS TU SALUD BUCAL??

 

Cómo reducir el riesgo bacteriano de un cepillo de dientes

Los cepillos dentales ya sean eléctricos o manuales son sin duda el principal aliado de la salud bucodental. Su buen y periódico uso es más que útil para evitar disgustos mayores,  en forma de complicaciones (sarro, caries, enfermedad periodontal, etc), en nuestra boca.

Y es que si el ciudadano no cuida o realiza un mantenimiento adecuado al cepillo, previniendo la aparición y proliferación de las bacterias, gérmenes u hongos en las cerdas, estas pueden traer consigo los consiguientes riesgos para la salud. Así lo ponen de manifiesto numerosos estudios en los últimos años. Éstos demuestran que las bacterias no solo son capaces de crecer y reproducirse en las cerdas del cepillo, sino que también tienen la capacidad de transmitir por todo el cuerto los microorganismos responsables de enfermedades.

Bacterias como la salmonela, e. coli y estreptococos, respiratorias, etc pueden colonizar ‘invisiblemente’ nuestros cepillos, así, la higiene y la prevención son importantes.

Por todo ello y para reducir los riesgos bacterianos de un cepillo de dientes os recomendamos lo siguiente:

No compartir el cepillo de dientes con nadie.

Evitar el contacto cercano con otros cepillos.

Cambiar de cepillo cada 3 o 4 meses.

Cambiar el cepillo tras una gripe, resfriado o infección bucal ya que los gérmenes pueden permanecer en las cerdas y reactivar el problema.

Tapar las cerdas con una funda y colocarlo en posición vertical.

Guardarlo en un lugar no húmedo; A pesar de lo comúnmente pensado el baño no es el lugar más adecuado para guardar el cepillo ya que es un lugar donde la humedad está presente (ducha, agua caliente, etc) y hay riesgo de aspersión de bacterias presentes en heces u orina.

Enjuagar el cepillo con agua a presión tras su uso para eliminar restos de saliva y pasta dentífrica.

Esterilizar si es posible.

 

 

 

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